Este domingo, en el marco del Día Internacional del Migrante, hubo movilizaciones en diversas ciudades de los Estados Unidos para hacer conciencia sobre lo que ya se conoce como última llamada antes del “Reality Show de Trump”.
En una campaña sin precedente, un pequeño grupo de miembros del Colegio Electoral, junto con activistas políticos, artistas y ciudadanos, buscaba convencer a por lo menos 37 de los 305 electores republicanos comprometidos a votar por Trump de emitir su voto por otro republicano tradicional y así “rescatar” a los USA de las manos del ya virtual presidente.
Las movilizaciones, según parece, no pasarán de representar una cascada de buenos deseos. Ya entrados en gastos, yo también hice mi carta para Santa.
Estepas del Polo Norte.
Domicilio conocido.
(Acusar de recibido,
ya está cubierto el importe).
Urgente/ Frágil/ Transporte
aéreo. ¿Dos días? pregunto.
Ya sé que todo ese asunto
de la política te harta
pero no ignores mi carta…
Querido Santa (dos puntos)
Tengo quince días buscando
qué pedirte en Navidad
y no sabes, de verdad,
cuánto lo he estado pensando.
Comencé considerando
que podrías traerme ropa,
una moto, un viaje a Europa,
una Strato, una Les Paul,
tres barriles de sotol
y para el Santos, la copa.
Tantas cosas en la mira,
tantos sueños a mi alcance
imaginé, que entré en trance
-escribe Frino y suspira-
¿Salir con Clapton de gira?
¿Un dueto con Norah Jones?
¿Grabar para Game of Thrones
un tema, pero en huapango?
o versear en un fandango
junto con los Rolling Stones.
Pensando pasé los días,
hasta que caí a la cuenta
que el dólar está a la venta
en veinte pesos ¿sabías?
Todas esas fantasías
y sueños en mi futuro
yacen en el fondo oscuro
de un abismo financiero
y al temor de que en enero
Donald Trump comience el muro.
Porque el racismo existente
del otro lado del Bravo
pone a temblar hasta al pavo
viendo a Trump de presidente.
Santa, ya sé finalmente
qué quiero para el domingo,
entre mis sueños distingo
sólo un pedido especial:
adentro de tu costal
llévate por siempre al gringo.