Admito que no conozco de primera mano el documento que la Comisión Estatal Electoral envió a la alcaldesa de Escobedo, Clara Luz Flores Carrales, a través del cual ese organismo electoral le solicita “enviar un video en donde explique a mis hijos las consecuencias de salir conmigo en actos públicos”.
Como lo comenta ella misma en un video que difundió anoche en su cuenta de Twitter, todo indica que la Comisión Estatal Electoral transgredió la barrera de la vida privada, familiar y educativa, dejando de lado además la existencia de familias diversas, como en este caso la de una mujer que es funcionaria pública, lo cual no es incompatible con la crianza de los hijos.
Habrá que preguntarse si las otras mujeres alcaldesas de Nuevo León, así como las diputadas locales y federales con hijos recibieron ya ese requerimiento por parte de los órganos electorales estatales o federales, según sea el caso.
Porque si no es así, como bien lo adelanta la propia Clara Luz, se estaría ante lo que podría tipificarse como un acto de violencia política de género que proviene, lamentablemente, del organismo encargado de organizar y regir los procesos electorales.
Si bien la última palabra la tendrán los jueces encargados de analizar el caso, si es que la denuncia transita hasta la cancha del Poder Judicial, vale preguntarse hasta dónde llegan las facultades de la Comisión Estatal Electoral para pedir cuentas sobre los descendientes sanguíneos de quienes ocupan cargos de elección popular.
Y si bien la alcaldesa escobedense ha manifestado abiertamente su intención de buscar la gubernatura de Nuevo León, hasta la fecha el calendario electoral no la vincula de ningún modo, todavía, bajo el marco jurídico normativo de la Comisión Estatal Electoral.
Clara Luz Flores, se nota, no es una mujer conservadora ni fundamentalista de las que exigen el derecho exclusivo a la educación de sus hijos por sobre la autoridad educativa, pero como en todo hay límites, el requerimiento de la CEE traspasó la delgada línea roja.
Paradojas de la política: unos buscan sin encontrar, otros encuentran sin buscar. Hoy la alcaldesa de Escobedo no tiene un partido político, pero si le faltaba una bandera ya le mandaron a domicilio una causa para luchar.