Con un presupuesto público magro, el año próximo será uno de los más importantes en términos políticos, porque las fuerzas partidistas tradicionales del país se enfrentarán por segunda ocasión a Morena, que en 2018 fue el favorito y hoy es el partido del Presidente.
Tres años después del atropello que sufrieron en las urnas por un tornado político llamado Andrés Manuel López Obrador, se supone que PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano se reorganizaron para la revancha política y tratar de recuperar posiciones, pero sobre todo, ganar la Cámara de Diputados para convertirse, legalmente, en el verdadero contrapeso del Ejecutivo federal.
Con 15 gubernaturas en juego, incluida la de Nuevo León, es interesante ver cómo el espectro político del país está teñido por el guinda de Morena, que tiene altas probabilidades, de acuerdo con varias encuestas, de alzarse con por lo menos 12 gobiernos estatales.
El caso de Nuevo León es peculiar y muy interesante, porque en este momento las preferencias parecen estar entre Morena y el PRI, si bien dependerá mucho de quién sea el candidato por cada una de dichas fuerzas.
Por Morena, las mujeres llevan mano, y mientras Tatiana Clouthier parece muy decidida, Clara Luz Flores aún está en tiempo de reflexión. Por el PRI, el alcalde Adrián de la Garza es el más perfilado, aunque Ildefonso Guajardo acaba de comenzar una campaña de reposicionamiento que puede dar sorpresas.
Sin dar por descontado el peso que tiene el PAN como partido y el capital político de personajes como el senador Víctor Fuentes, ni tampoco a Movimiento Ciudadano, con un senador Samuel García que debe apurarse para recuperar puntos con tiros certeros, no ráfagas al aire.
Pero esta vez el presupuesto será el factor que, de no manejarse con mucho tacto e inteligencia, podría hundir campañas y candidatos.
Por primera vez los ciudadanos estarán más sensibles que nunca. Les será muy fácil darse cuenta de que habrá gobiernos pobres y partidos ricos, sobre todo en los estados donde se pretenda refrendar gubernaturas a golpe de billetazos.
Sin duda, el 2021 será un año de poco dinero y muchas campañas, una verdadera prueba de fuego para todas las fuerzas políticas, aunque Nuevo León se cuece aparte.
