La reforma en telecomunicaciones y radiodifusión de 2013-2014 fijó como objetivos abrir la competencia en ambos sectores y, entre otras cosas, terminar con el alto número de litigios que caracterizaban a esos ámbitos; hoy todo indica que el tema de preponderancia terminará en los tribunales.
Después de su revisión bianual, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) notificó sus resoluciones a los agentes económicos preponderantes en telecomunicaciones (América Móvil) y en radiodifusión (Televisa).
En ellas les estableció nuevas medidas, lo que provocó una reacción natural de parte de éstos: América Móvil señaló que acudirá a las instancias judiciales, mientras Televisa analizará qué acciones tomar.
Lo que más ha llamado la atención en el tema es que el órgano regulador dé un tratamiento semejante, en regulación asimétrica, a dos ámbitos distintos. Mientras que en telecomunicaciones han existido diversas quejas por la compartición de infraestructura de su preponderante (que no han sido resueltas), en radiodifusión no existió ninguna.
Por ello se puede considerar que la evaluación del Ifetel no tomó en cuenta el avance en el sector, en particular en tv abierta: el impacto de la nueva competencia, la gratuidad de señales, la dinámica del mercado publicitario y de contenidos y, además, las medidas asimétricas impuestas en los últimos años a Televisa, que cumplió en su totalidad, no muestran lo mismo en telecomunicaciones.
Pensar hoy que la "separación funcional" del preponderante en telecomunicaciones es la puerta a la tv de paga parte de un análisis ligero; a final de cuentas, esa estructura estará dentro del mismo corporativo, no implica una escisión, sino, como su nombre lo indica, una "separación funcional" que se traduzca en una mayor transparencia en costos de acceso a los servicios; además de otras obligaciones.
En síntesis: tiene que existir una revisión de la preponderancia y de sus formas de medición, que va más allá de una cuestión legislativa, que también pasa por el regulador y los regulados.
