Algo está sucediendo en el continente americano: hay una especie de epidemia de censura. En fechas recientes hemos visto que de una u otra forma se busca el control de los distintos medios y plataformas de información y entretenimiento en Estados Unidos y Venezuela; en estos días Panamá entró al ojo del huracán.
Ante la Asamblea Nacional panameña se han presentado diversas propuestas para regular “los contenidos editoriales de los medios de comunicación, el ejercicio de la profesión periodística y la pauta publicitaria”; esta última consistente en un anteproyecto de ley presentado por la fracción Cambio Democrático, que pretende imponer a los medios la obligación de emitir determinados contenidos.
La iniciativa propone que la radio y la televisión deberán emitir mensajes educativos, culturales y de docencia por cada cinco anuncios difundidos en su programación regular; también obliga a los periódicos a publicar, en cada edición, al menos dos mensajes del mismo tipo. Las revistas y demás publicaciones al menos un anuncio con esas características.
Desde 2014 han existido recurrentes embates legislativos en Panamá por regular el contenido editorial de los medios, “a pesar de las reiteradas declaraciones de los legisladores y el propio presidente de la República, de no afectar la libertad de expresión”, por ello, han alzado la voz sus medios.
En Estados Unidos, Trump creció su guerra contra los medios al anunciar que no acudirá a la tradicional cena de corresponsales de la Casa Blanca; esto después de que el magnate vetara a medios “críticos” para cubrir una rueda de prensa del vocero.
Así que se debe buscar el antídoto entre los países del continente y evitar que se convierta en epidemia.
Interferencias
Estamos a un mes de las adjudicaciones de la licitación de radiodifusión sonora (AM y FM), con ello no solo se irá observando el nuevo mapa del mercado, sino lo más importante: quiénes son los nuevos entrantes; hay mucha expectación en conocer los nombres de los ganadores.
