1. ¿Son viables las propuestas del nuevo Presidente argentino Javier Milei? ; 2. Relacionada con la anterior: ¿Gozará de estabilidad política su gobierno?; y, 3. ¿Es posible en México, o en cualquier país, otro Milei? Veamos:
1.- Cerrar el Banco Central: muy difícil, necesita ser aprobado por el Congreso. Reducir el Estado a su mínima expresión (coincide con Bakunin en su crítica al Estado y la religión): podrá acabar con el Estado clientelar, pero eliminar el Estado de Bienestar, parece quimera. Terminar con “la casta” (es decir los políticos que siempre quieren seguir viviendo del Estado): es en lo que más podría avanzar, aunque no sin contradicciones, ya que su Vicepresidenta representa la casta militar, y el próximo gobernante de Buenos Aires es primo del ex presidente Mauricio Macri.
2.- La relación del Presidente con el Congreso puede ser explosiva. Su Partido solo tiene 38 de 257 diputados; y, en alianza con el ex presidente Macri, alcanzaría 79 (30%). Senadores, tiene ocho, y en alianza lograría 22 de 72 (22%). El fantasma de la destitución por “inhabilidad” está presente, y que no tendría forma de detenerla en ambas Cámaras (no sería la primera vez que un Congreso destituye a un Presidente en Latinoamérica). Además, considérese que su Vicepresidenta, Victoria Villaruel, es descendiente de militares y defiende a los militares. No obstante, dispone de dos poderosas herramientas constitucionales: facultad de emitir decretos ley (Kirchner expidió 236 y Duhalde 179); y de veto parcial.
3.- Pensar que a partir de lo ocurrido en Argentina, van a brotar por el mundo como hongos otros Mileis, suena a lo que Marx llamaba “robinsonadas” (pensar que fenómenos típicos de una sociedad se pueden reproducir en otras). Para que eso pudiera darse –por supuesto con otras características– se requería que en ese país existiera una crisis económica de más de ocho años; que tuviera al menos el 40% de la población sumida en la pobreza; y que hubiera padecido en el último año una inflación del 143%. Y lo que es más importante: en ese país deben existir democracia al interior de los partidos políticos, así como elecciones primarias abiertas y obligatorias.
Para que en México existiera un liderazgo como el de Milei, además de lo anterior, sería necesario que la población elija a los candidatos, y no la casta, representada por los líderes partidarios y otros vividores del presupuesto.