Política

Las tensiones en Movimiento Ciudadano

Desde 1977 los partidos políticos están definidos en la Constitución como entidades de interés público. En tal virtud, es menester analizar lo que sucede al interior del partido Movimiento Ciudadano, máxime por los más de mil millones que se le entregarán el año entrante. Estimo está sujeto a tres tensiones principales:

1ª. La existente entre quienes desean sea el conjunto de distintos partidos regionales y los que lo ven como una organización nacional, con una sola directriz política en los estados. En el primer caso, el riesgo es que termine dependiendo de líderes locales. En el segundo, como propiedad de una persona. Para evitarlos, consolidar órganos de dirección colegiados, democráticamente electos y con liderazgos de todo el país, resulta imperativo. 

 2ª  Entre los que quieren no tenga perfil propio; y los que creen que puede plantearse como una opción diferente a los partidos tradicionales. La pregunta aquí es si el partido y su dirigencia pueden representar la “nueva política” que dicen practicar. 

3ª  La existente entre Dante y Alfaro: el primero en búsqueda de los beneficios de un candidato presidencial propio y competitivo; el segundo, forzando una alianza con el triunvirato de la candidatura del espejismo ciudadano, para conservar el poder en Jalisco.

El tema de fondo es si un partido nacional debe adaptarse a las necesidades de un líder regional; o si debe seguir las directrices de su fundador y líder nacional (¿Qué diría Calles?). La fuerza del alfarismo a su interior es importante, más no determinante: 52% de sus legisladores federales; una de tres capitales de los estados; 33% de los municipios que gobierna; y 27% de sus diputados locales.

Si desde 2007 la Constitución prohíbe que las autoridades intervengan en la vida interna de los partidos, tan cuestionable resulta que lo hagan las que no son emanadas de ese partido, como las que electas bajo sus siglas no forman parte del mismo.

MC ya resolvió que no se aliará y postulará candidato presidencial. Si Jalisco insiste en la alianza, su dirigencia nacional estatutariamente puede disolver sus órganos directivos  y nombrar otros, por desacato y afectación a la unidad interna. O bien, con el poder de la firma no aprobar la coalición; y registrar los candidatos a gobernador y legisladores que decida su dirigencia nacional.

Para las candidaturas a los cargos que actualmente ostentan en Jalisco, sobrarán prospectos, una vez definido su candidato presidencial.


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Javier Hurtado
  • Javier Hurtado
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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