Política

El INE como fetiche

El día de hoy habrá una movilización para defender al INE. Y no creo que eso sea un acontecimiento fundacional para nuestra democracia; o que su evolución dependa de eso, o de ese instituto. Ante la incapacidad de la oposición para enfrentar al gobierno federal con propuestas novedosas o alternativas, han convertido al INE en un referente, constructo o fetiche, en el que su pobreza intelectual solo les da para defenderlo como está (luego se molestan porque les dicen conservadores).

Empecemos por desmitificar ese objeto: El INE -y las leyes generales de partidos y electoral- son producto del Compromiso 90 del Pacto por México que produjo las llamadas “reformas estructurales”. En ese Acuerdo, el Presidente Peña Nieto cedió ante las propuestas centralistas de su oposición (principalmente el PAN) en materia electoral, a cambio de que le votaran las reformas educativa, hacendaria, de telecomunicaciones; y, la energética (manchada de corrupción, pues además les dio dinero a cambio de su voto). OPLES decorativos fue lo único que pudo salvar Peña de una radical y absoluta centralización electoral.

El INE no fue producto de una demanda popular, sino de una negociación entre élites políticas que además implicó una grave violación constitucional, por crear un organismo “nacional” que en un país federal organice elecciones locales y municipales. Símbolo máximo de pobreza argumentativa y esquizofrenia política es que los que son fiel producto del centralismo político, sean ahora los que critican una pretendida mayor centralización. No se puede criticar la centralización y defender al INE, que es expresión culmen de centralización. La reforma que el país necesita es restituir el IFE; los 32 organismos locales que existían; y, terminar con esa aberración que se llama INE.

No se entiende cómo es que los “demócratas” reivindican la existencia de entes intocables (“El INE no se toca”), al margen de la voluntad popular y por encima de la Constitución. En un Estado de derecho lo único intocable son las cláusulas pétreas que pueda contener una Constitución, que en nuestro caso solo la de 1824 en su numeral 171 establecía: “la libertad e independencia de la nación mexicana, su religión, forma de gobierno”. Por tanto, para que el INE por siempre sea intocable incluyan en la Constitución como irreformable la libertad e independencia de México, la Virgen de Guadalupe y el INE.

Finalmente, el endiosamiento y adoración al INE, termina convirtiéndolo en un fetiche. Es decir un objeto con poderes mágicos: “si se toca el INE, acaba la democracia”; “el INE creó la democracia en México”; “sin el INE dejamos de existir y de tener identidad”, etc., En el fetichismo, los objetos adquieren facultades divinas, como también sus sumos sacerdotes. No es casual que una de las facultades del INE sea la de “asunción” (que es cuando asumen las facultades de los organismos locales), como si fueran la Virgen cuando se elevó a los cielos, que es de donde Córdova y Murayama reciben las tablas de la democracia.

Flaco favor se le hace a la democracia y al INE, al convertirlo en un fetiche intocable y con poderes mágicos.

Javier Hurtado


Google news logo
Síguenos en
Javier Hurtado
  • Javier Hurtado
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.