El fenómeno de la migración hacia Estados Unidos que se agudizó en la década de los años 80, continuó durante los 90 y se mantuvo en el presente siglo lo que deja marcas en las familias poblanos.
Dentro del territorio poblano, los principales municipios que reciben remesas que envían los migrantes radicados, en su mayoría en Estados Unidos son: la capital, con casi 20 por ciento; Atlixco, 6.8 por ciento; Tehuacán, 6.0 por ciento; Izúcar de Matamoros, 5.0 por ciento y San Martín Texmelucan con 3.6 por ciento.
Las remesas permiten a las familias contar con recursos para la alimentación, para la diversión y, al mismo tiempo, para acciones de salud, entre ellas, operaciones, medicamentos y consultas médicas.
De acuerdo con estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en cada hogar receptor de remesas cuentan con, al menos, dos adultos beneficiados y una proporción significativa de estos hogares tiene a una mujer como jefa de familia.
Dentro del estado de Puebla, la mayoría de los hogares receptores se encuentran en comunidades rurales. De manera adicional, siete de cada 10 de las personas receptoras de remesas son mujeres.
A pesar de los beneficios por concepto de remesas, la realidad es que el fenómeno deja diferentes huellas como menores de edad que crecen sin sus padres.
En la actualidad, los menores de edad están a una llamada o videollamada de sus padres, abuelos y familiares; sin embargo, la separación por la migración se traduce en diferentes consecuencias y hasta en momentos de tristeza y soledad.
Este 30 de abril, Día de la Niñez, es momento de reconocer a los menores que crecieron sin sus padres y que se comprometieron a seguir con sus estudios pese a las adversidades. En diferentes hogares, durante los festejos de este miércoles, cientos de menores que viven la realidad migratoria no tendrán momentos de celebración, pero sí espacios para recordar a sus seres queridos.
Puebla es un estado que enfrenta los tres fenómenos de la migración, la partida de personas, el paso de quienes buscan el sueño americano y la llegada de personas. No está por demás repensar las políticas de apoyo ante la movilidad de las personas.