A un año de la pandemia del covid-19, el flujo migratorio de personas que buscan cumplir el llamado sueño americano y cruzan la frontera norte de México aumentó ante los problemas económicos que se presentan en los lugares de origen.
De acuerdo con información de la Comisión de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, durante el mes de febrero, más de 100 mil 440 migrantes fueron localizados a unos pasos de la línea fronteriza.
Del total de migrantes descubiertos en el intento de quedarse en Estados Unidos, casi 10 por ciento, nueve mil 500, son menores de edad que no iban acompañados y que tenían el objetivo de reencontrarse con sus familiares o trabajar para obtener recursos que enviarán a sus familias.
El reporte del gobierno norteamericano revela que cerca del 20 por ciento de los migrantes descubiertos iban en familia o con algún familiar; mientras que más del 70 por ciento eran adultos que salieron de sus lugares de origen con el objetivo de obtener ingresos para enfrentar las adversidades.
Los registros de la Comisión de Aduanas y Protección Fronteriza del gobierno que encabeza Joe Biden, la cantidad de migrantes que intentaban quedarse en territorio norteamericano en el mes de marzo fue la más alta desde mediados de 2019.
Al entrevistar a los migrantes que se quedaron en el intento, el gobierno de Estados Unidos detectó que, entre las razones para dejar su lugar de origen se encuentra el hambre generalizada, los problemas económicos provocados por la crisis sanitaria del covid-19, razones que se unieron a la violencia y problemas sociales estructurales que ya se presentaban.
Por ahora, el gobierno de Joe Biden mantiene la postura de regresar a casi todos los adultos que viajan solos, quienes representan la mayor parte de los cruces fronterizos, ante la orden de salud pública que implementó hace un año el entonces presidente Donald Trump.
Honduras, El Salvador, Guatemala, se mantienen como los principales países expulsores de migrantes, quienes, a pesar de que saben que está en riesgo su vida, prefieren salir de sus lugares de origen con el objetivo de llegar a Estados Unidos, conseguir un trabajo y mandar dólares a sus familias.
A pesar de las restricciones y el riesgo de perder la vida, los migrantes seguirán saliendo de sus lugares de origen porque prefieren arriesgarse en lugar de continuar en las mismas condiciones de vida y sin mayores esperanzas: es mejor, para los migrantes, morir en el intento que quedarse sin hacer nada ante las adversidades.