Existen en diferentes partes del mundo casas subastadoras de infinidad de “productos”: antigüedades, obras de arte, joyas… Hablando de joyas, el tlatoani del partido en el poder está por subastarnos uno de “cuatro diamantes”, mediante la abominable fórmula del dedazo.
Ese dedazo no necesariamente designará al diamante que tenga “mejores brillos” como político, como estadista y como persona, sería mucho pedir. El designado del tlatoani será el que le acomode a sus intereses, aunque de antemano él sabe que debido a su devaluada imagen y al enorme rechazo que genera su partido, en el mejor de los casos su diamante quedará en un modesto tercer lugar en las próximas elecciones.
Esa es una preocupación del tlatoani, si su diamante no obtiene los votos ansiados, no habrá quien oculte sus transas, ni quien le cubra las espaldas cuando abandone el cargo.
En cualesquier partido, la designación del candidato no debe darse por dedazo, sino por votación entre sus congéneres, o por votación abierta a la ciudadanía. De no hacerlo así, el designado por dedazo puede resultar chafa, lo cual significaría un nuevo retroceso en nuestra democracia y nuestra economía. La gente ya se hartó de brillos fatuos, de diamantes falsos. Hoy, exige a sus gobernantes: integridad; profesionalismo; seguridad; talento político; abatimiento de la pobreza; reformas estructurales realistas… y sobre todo, un auténtico estado de derecho para erradicar YA, la corrupción y la impunidad en todos los sectores, incluido el Oficial, que históricamente se ha dedicado a saquear a México.
Cuando estos asuntos estén plenamente resueltos, podremos presumir que el nuestro sí es un país democrático, no antes.
A propósito de democracia, ese recién nacido Frente Ciudadano, remedo del monstruo de Frankenstein, cuyo miembro más destacado, Ricardo Anaya, no oculta su aspiración de llegar a la grande, pasando por encima de todo y de todos. El hombre desconoce el significado de Democracia.
Para que esa Sui géneris “coalición” logre credibilidad, debe abrir la elección de su candidato presidencial a la ciudadanía, de lo contrario incurrirán en las mismas aborrecidas prácticas del tricolor. La moneda está en el aire.
PD. Los independientes la tienen difícil. El INE, en contubernio con los partidos se encargó de que ninguno (y ninguna, diría Fox) figure en la boleta.
