Año 2000. Días después de haber tomado posesión, Fox enseñó el cobre. A quien esto escribe y a miles de mexicanos más nos defraudó. Ofreció terminar con las tepocatas y las víboras prietas y terminó aliándose a ellas. Debido a su fracaso y a los ridículos que hizo como presidente, muchos dijimos que después de él, cualquier burro podría aspirar a “la grande”.
Año 2006. No estábamos equivocados. Llegó Fecal. Su imagen como presidente espurio nunca lo abandonó. A eso habremos de agregarle los 121 mil 683 muertes violentas (fuente INEGI) que ocurrieron durante su fracasada guerra contra el crimen organizado. Debido a su mediocre desempeño, le regresó en charola de plata la presidencia al PRI.
Año 2012. Las huestes de siempre, integradas por los pillos de siempre, beneficiados por las fechorías de siempre, celebraron el regreso del PRI a la presidencia. El designado fue Peña Nieto. ¿Qué puedo decir de la torpe y frívola administración de Peña que tú no sepas, estimado lector?
Teníamos razón los que dijimos que después de Fox cualquier burro podría ser presidente. En cuanto a Peña, además de incompetente e ignorante, resultó descaradamente CORRUPTO.
Año 2018. Después de tres sexenios fallidos, hartos de excesos, fraudes, frivolidad, corrupción, nepotismo, moches y muchas linduras más del Prian, 30 millones de mexicanos voltearon la mirada hacia AMLO. Esperaban con él, ver la anhelada luz al final del túnel. Han transcurrido 18 meses, la luz aun no prende.
Le quedan a AMLO cuatro y medio años al frente del gobierno. Ojalá en ese lapso logre, en beneficio de nuestra nación, culminar exitosamente sus proyectos. En sus homilías mañaneras suele repetir lo mismo una y otra vez. La más grande elocuencia –decía mi abuelo– es la que logra que las cosas se hagan. El bla bla bla, sale sobrando. Tres tropezones en 18 años son más que suficientes.
En cuanto a política energética, seis gobernadores le solicitan reconsiderar los acuerdos de la Sener, que impiden la instalación de al menos 44 proyectos de plantas eólicas y fotovoltaicas.
Éstas generarían energía limpia, además de 30 mil empleos que tanta falta nos hacen. AMLO debe reconsiderar los daños en materia ambiental, climática y de salud pública que producen la quema de combustibles fósiles.
Nuestro país demanda un enfoque energético con miras al futuro. Pero parece que el motor a gasolina de AMLO funciona en reversa. Su visión está fija en el espejo retrovisor.
Los combustibles fósiles: carbón y combustóleo son asunto del pasado. Atentan contra la ecología, producen polución, favorecen el efecto invernadero y el calentamiento del planeta. En beneficio de la naturaleza y de nuestra salud, apostemos por las energías limpias.
Colofón
Hoy día el mundo vive un acelerado proceso de innovación tecnológica. México debe entrar en esa dinámica. Tenemos que trabajar activa y conscientemente en la generación de energías sustentables para no detener nuestro desarrollo. o innovamos, o nos carga.