Finalmente las precampañas de Morena y del PRI para alcanzar la gubernatura en Edomex llegaron a su fin el domingo pasado. De acuerdo a las fotografías del cierre de campaña del partido que ha gobernado esa entidad desde 1929, la asistencia fue numerosa. Llama la atención que a estas alturas, después de múltiples evidencias de corrupción de muchos de sus PRIncipales, incluido Peña Nieto, el más destacado de ellos, todavía haya gente que se deja llevar por el canto de las sirenas.
Los mexiquenses que aspiran a un estado de auténtica democracia deben cuidarse de los fraudes de ese partido tan corrupto y devaluado como su líder nacional, el tal Alito, quien pretende hacer creer a los ingenuos que arrasarán en Edomex. Les faltó poco para llegar a los 100 años de explotación ininterrumpida en el estado que dicen ser su bastión.
En su cierre de campaña para ceñirse la corona en el gobierno de Edomex, Alejandra del Moral se hizo acompañar de cuatro granados exgobernadores mexiquenses: Emilio Chuayffet, César Camacho, Arturo Montiel (tío consentido de Peña Nieto) y Eruviel Ávila, individuos siempre dispuestos a continuar grillando como ellos saben para lograr sus aviesos objetivos.
Algunas de las frases gastadas que la precandidata expuso en su exaltada alocución fueron: “Por ustedes hoy puedo decir contundentemente, ganamos Texcoco, ya les ganamos la precampaña y les vamos a ganar la elección”. “Vamos a caminar juntos para conquistar las calles y ganar la confianza de las y los mexiquenses”, remató. Un observador que estuvo presente comentó: “Con esa certeza, seguro la señora del Moral consultó a su infalible bola de cristal, pero olvidó mencionar la poca fiabilidad que los mexiquenses tienen en su partido, circunstancia imposible de remontar.
Hoy, más que nunca, los priistas están verdaderamente preocupados por perder lo que ellos consideran la joya de su corona. En esa joya se asienta Atracomulco, lugar donde emergieron priistas de triste memoria. Uno de los más destacados es aquel que dio influyo con sus contlapaches para hacerse ricos en la polaca: un político pobre, es un pobre político, frase célebre del no menos célebre Carlos Hank González. La política bien entendida y bien practicada es asunto de compromiso, honorabilidad, fiabilidad y confianza, no el cuerno de la abundancia.
Colofón
Aunque no he tenido la oportunidad de conocer a Alejandra del Moral, por este medio le envío mis condolencias por el fallecimiento de su padre. QEPD.
Jaime Marín