La primera vez fue previo a que el Gobernador Aristóteles Sandoval diera a conocer la alineación que saltaría a la cancha de la escena pública como su gabinete de arranque de sexenio, el del regreso del PRI al poder en Jalisco, aquel 28 de febrero de 2013.
La segunda inició hace unos días y se agudizó el fin de semana pasado, cuando el senador con licencia por Jalisco, Arturo Zamora Jiménez reapareció en un acto priista local, y que muchos en ese partido, desde altos dirigentes hasta militantes distinguidos, aliados y detractores, leyeron como la señal inequívoca de que por fin había decidido buscar nuevamente la candidatura priista a la gubernatura. Esa interpretación, sin embargo, es incorrecta. Muestra el nerviosismo que causó en el vestidor donde calientan otros que quieren esa misma posición. Como lo causó cuando llegó de última hora para ocupar el lugar de secretario de gobierno, que obligó a cambios de última hora, que causaron todo un efecto dominó y la irritación de algunos de sus compañeros de gabinete que no descansaron hasta cerrarle el paso y alejarlo del primer círculo de Aristóteles. Por ello, Zamora fue el último en llegar, pero el primero en irse vivo (el primer cambio fue obligado en turismo, a los nueve días de gobierno, por el asesinato de su titular) del gabinete en mayo de 2014. El ambiente hostil del que se alejó en aquella fecha es uno de los factores por los que a Zamora no le interesa ya buscar la candidatura que logró en 2006 cuando estuvo a punto de vencer al panista Emilio González Márquez, de no haber sido por un falso señalamiento de la PGR el último día de aquella campaña electoral, que hoy se ve como una clara injerencia del gobierno federal que encabezaba Vicente Fox para ayudar al candidato de su partido. Otra razón es la perspectiva y la ruta nacional que ha forjado desde que luego de perder la gubernatura llegó como una más a la cámara de diputados y a su paso por la de senadores, en donde se afianzó y logró llegar a la burbuja del poder político nacional. Luego de su salida del gobierno estatal, Zamora entró al Comité Ejecutivo Nacional del PRI, ahí se mantuvo desde César Camacho, Manlio Fabio Beltrones y el actual Enrique Ochoa, del que se volvió su principal colaborador. En marzo que fue nombrado como dirigente de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) me pregunté aquí si eso lo alejaba o lo acercaba a Jalisco como eventual candidato. Hoy, luego de que estuvo muy cerca de la operación electoral del PRI en las elecciones de este año que retuvieron el Estado de México y Coahuila, y que de cara a la Asamblea Nacional priista coordinó la mesa de Campeche en la que cumplió la misión de abrir el candado de la militancia como requisito para el candidato presidencial, me queda claro que casi está cancelada esa posibilidad. Zamora lo que más desea hoy es que nunca llegue la señal de Los Pinos de que debe salir a la cancha electoral de Jalisco a ganar un partido casi perdido. Mientras esa duda se despeja, en el vestidor priista habrá inquietud e incertidumbre.
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