El tiempo se agota. El tránsito del caduco y letal modelo Hombre-Camión al del modelo Ruta-Empresa es, de tan lento, imperceptible en su avance. Apenas 26 unidades de transporte público, de más de 5 mil que operan en la entidad, están operando bajo este nuevo esquema con el que se pretende modernizar este servicio con décadas de rezagos.
En la misma Secretaría de Movilidad reconocen que en el mejor de los casos, en el poco más de un año que le resta a esta administración, se cumplirá apenas entre el 50 o 60 por ciento de este cambio, que fue una de las promesas más importantes del Gobernador Aristóteles Sandoval. Este reordenamiento de rutas era parte de propósito mayor de articular un nuevo esquema integral de movilidad, para que en conjunto con el transporte masivo (Tren Ligero y Macrobús) y el impulso al transporte no motorizado, se lograra desincentivar el uso del automóvil para aspirar a una ciudad más sustentable, con menos contaminación, y con traslados menos lentos que mejoren la calidad de vida de los que habitan el Área Metropolitana de Guadalajara y las principales ciudades del Estado.
El paso a vuelta de rueda en la modernización del transporte fue advertido incluso por el propio gobernador, quien en el mensaje del cuarto informe de gobierno en febrero pasado, envió un ultimátum a los funcionarios de la Semov, que encabeza Servando Sepúlveda, para que en 90 días dieran muestras claras de los avances con la implementación de las primeras rutas troncales. Ese plazo se cumplió en mayo pasado y todo lo que tenemos es una ruta que opera bajo el nuevo modelo, en el troncal Artesanos-Tlaquepaque.
Esta ruta y el tema general del transporte están en el centro de la discusión pública por la autorización que dieron las autoridades para que subiera su tarifa de 7 a 9 pesos. El rechazo a esta decisión vino principalmente por parte de la Federación de Estudiantes Universitarios y del Observatorio Ciudadano del Transporte y Movilidad, que reclaman la promesa del gobernador de no elevar la tarifa hasta no tener tres rutas troncales, y por el hecho de que esa Ruta-Empresa no ha cumplido con la calidad de servicio que exige la nueva Ley de Movilidad. Quienes se montaron en este debate buscando llevar agua a su molino fueron transportistas de 5 rutas que hicieron un paro que afectó a más de dos mil usuarios, para exigir también un aumento.
Ante este escenario, el gobierno estatal debe redoblar la supervisión de la ruta Artesanos-Tlaquepaque para que cumpla con la calidad de servicio que le obliga la Ley y la nueva tarifa. El autorizar a 9 pesos el precio del pasaje a los transportistas que migren al nuevo modelo, es indispensable para seguir aspirando a mejorar nuestro sistema de transporte público, pero se debe acelerar el paso, en la implementación de nuevas troncales, con todas las características prometidas en calidad y eficiencia. Subir la tarifa sin mejora real, sería también sepultar este nuevo intento de dejar atrás el pésimo servicio de transporte que hoy padecemos.
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