En la lógica del reparto de cuotas político partidistas a la que acostumbran recurrir los diputados y diputadas en este país para definir cargos claves de la vida pública, como el del Ombusperson, en los corrillos políticos se daba por un hecho que la silla que dejará el martes Felipe de Jesús Álvarez Cibrián sería para uno de los nombres que impulsaba el PAN, ya que tocaba a ese partido esa posición por negociaciones anteriores.
La buena noticia es que esto no sucedió, y ayer las diputadas y los diputados de la LXI Legislatura local nos sorprendieron gratamente al abandonar esa dinámica y optar por elegir a uno de los candidatos que tiene claramente las credenciales de conocimiento, experiencia y reputación para hacer un buen papel al frente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Jalisco.
La mayoría de votos que logró Alfonso Hernández Barrón luego de tres rondas de votación sorprendió a todos, porque su nombre nunca estuvo en la baraja de las primeras opciones de los distintos grupos parlamentarios en donde destacaban Guadalupe Ramos, Joselyn Béjar y Claudia Salas. Cuando ninguna de ellas logró los consensos, fue cuando el actual Tercer Visitador General de la CEDHJ se convirtió claramente en la segunda mejor opción de 27 diputadas y diputados. Ganó sin padrino político. Para ello, jugó a su favor sin duda la gestión y el cabildeo personal que hizo con la mayoría de los 39 diputados a quienes expuso sus planes, trayectoria y experiencia, que fue reconocida incluso por la evaluación que hizo el movimiento Wikipolítica.
En ese sentido, y pese a todas las críticas de sus detractores, el Ombudsman saliente acertó al afirmar que por conocimiento y experiencia el ganador de la convocatoria tendría que ser uno de los seis aspirantes registrados que forman parte de la actual CEDHJ. Álvarez Cibrián y Hernández Barrón fueron compañeros de facultad en la UdeG, y de doctorado en el Instituto de Altos Estudios Jurídicos, y llegó hace diez años como visitador justo al inicio de la gestión del presidente que se va. En estos dos periodos destacó por su participación clave en la Macrorecomendación ambiental por la contaminación del Río Santiago, en temas de tortura que desembocaron en la primera detención de policías por este abuso, y en la defensa de los pueblos originarios.
El hecho de haber sido parte de la administración saliente de la CEDHJ, sin embargo, está lejos de representar una continuidad absoluta, a juzgar por las primeras declaraciones de Hernández Barrón en el sentido de que buscará optimizar la estructura interna con una reorganización, desde los temas de nómina empezando por bajarse el sueldo, y para buscar más presencia regional.
La llegada de este abogado egresado de la Preparatoria 6 de Miravalle, con maestrías y doctorados en derechos humanos a la CEDHJ significa también un triunfo para los pueblos indígenas. Su postulación fue una orden que se tomó en un sistema de asambleas en las comunidades wirrárikas y nahuas. Hay, pues, elementos para tener una expectativa positiva de lo que puede significar la llegada de Alfonso a la Comisión. Ojalá que así sea.
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