La carne con clembuterol tiene mejor presentación y es más jugosa.
En México, Estados Unidos y Europa, el clembuterol es una sustancia prohibida para engordar el ganado, por las secuelas graves a la salud de las personas.
En nuestro país, las autoridades “vigilan” que en los rastros no ingresen animales contaminados con esta sustancia.
Como sucede en otros casos, los sobornos vuelven ciegos y mudos a los inspectores que revisan los productos cárnicos.
Un grupo de ganaderos poblanos comentó a este reportero el proceso de producción del ganado y eso es muy común en el rastro municipal de Puebla –certificado como TIF (Tipo Inspección Federal).
Regla número 1, durante 90 días deben ser inyectados con esa sustancia, no un día más, porque eso puede estallar el hígado de los animales.
Regla número 2, los introductores del rastro supervisan el crecimiento de vacas y becerros en ese periodo.
Los ganaderos adquieren animales flacos en los tianguis de Calpan, Texmelucan o Tepeaca, o en pueblos de los estados de Hidalgo, Veracruz y Oaxaca, donde están a menor precio.
Los criaderos reconocen que el clembuterol es prohibido, pero tienen muy claro los comentarios de los introductores: ese es “problema de ellos”.
La solución es distribuir sobornos a los inspectores de salubridad, para ingresar sin problema el ganado contaminado.
Cientos de kilogramos de esta carne son distribuidos todos los días a las carnicerías y restaurantes. El producto contaminado se sirve en los platillos y en los taquitos al pastor que todos consumimos.
Según la Secretaría de Salud Federal, la carne con esta sustancia puede causar en los humanos: intoxicaciones, palpitaciones, nerviosismo, temblores involuntarios en los dedos, dolor de cabeza, aumento de la transpiración, insomnio, posibles espasmos musculares, aumento de la presión sanguínea, náuseas y aceleración del ritmo cardíaco
Esto es una muestra más de cómo la ilegalidad tiene solución con el signo de pesos. Vamos a creer que son los trabajadores de salubridad estatal quienes se corrompen, pero algo deben hacer las autoridades para no poner en riesgo la salud de las personas.
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Por otra parte puedo adelantarles que hay preocupación en algunos miembros de la Arquidiócesis de Puebla, por las investigaciones que lleva a cabo la Procuraduría General de la República.
Hay información que apunta a casos de degenere, vicios y abusos sexuales de algunos representantes de Dios.
Hace poco, Notivox dio a conocer que fue exonerado el sacerdote Henry David Betancourt Morales, capturado en el año 2014 en el Salesiano ubicado en la colonia El Carmen, de la ciudad de Puebla.
A pesar de las evidencias de pornografía infantil en su computadora, fue liberado tras dos años en el reclusorio de San Miguel.
A principios de este mes, la Procuraduría General de la República informó que abrió una investigación contra el cardenal Norberto Rivera Carrera por el presunto encubrimiento de 15 sacerdotes acusados de pederastia.
Uno de los casos podría ser el del padre Nicolás Aguilar, acusado de violar sexualmente a 86 niños de Tehuacán, Puebla y Los Ángeles, California.
En la década que Norberto fue obispo de Tehuacán, protegió a Nicolás Aguilar para que no pisara la cárcel.
Hoy parece ser que la PGR está dispuesta a ir por los curas pederastas, pues hay avances importantes en la investigación FED/SDHPDSC/UNAI-CDMX/0000425/2017.
Esto fue por una denuncia de ex sacerdotes y de algunos ciudadanos.
Se espera que pronto sea llamado a comparecer al cardenal de México.
Esta situación ha causado sorpresivamente efectos en la salud de algunos miembros del sacerdocio poblano, pues hay curas supuestamente enfermos, hospitalizados recientemente, quienes quedan fuera de circulación por varias semanas.
La recuperación –dicen- será tardía, eso dicen. Solo que estos curitas malitos de su salud, han aparecido en redes sociales en fotografías con equipos de futbol.
¿Será que están enfermos o se hacen para no responder a las autoridades ministeriales?
Esperemos a ver hasta dónde están dispuestas las autoridades federales a castigar a los curas pederastas. O tal vez se detengan por temor al poder que tienen los sacerdotes de inducir a los católicos a votar en las elecciones en el año 2018.
