A nivel nacional, supimos de la convocatoria que varias asociaciones civiles apoyaron, para que el 9 de marzo, las mujeres no se movieran, en señal de protesta por la impunidad a todas las vejaciones, discriminación, asesinatos, violaciones, abusos, feminicidios y demás etcéteras que les han ocurrido desde tiempos de la Malinche.
El llamado “día sin mujeres” trató de sensibilizar a la sociedad en general, para sentir en carne propia lo que sería una jornada sin que haya féminas, por “haber desaparecido”.
¿Qué pasó este lunes?, ¿cómo fue el rendimiento de esas empresas sin personal femenino? Las funciones que realizan las damas, ¿quedaron pendientes hasta el otro día o sí se realizaron?, ¿solo fue atendido por varones cuando fue a un negocio en particular?
Claro que implicó un trastorno social, laboral y económico, pero que afortunadamente, varias empresas estuvieron avalando el movimiento y fueron tolerantes con las decisiones de las mujeres de no asistir a sus actividades diarias, sin que se les descuente la jornada.
Hubo empresas y mujeres que no estuvieron convencidas de dicho movimiento y tuvieron sus actividades normales por motivos económicos; pero, ¿qué porcentaje habrá sido?
Y toda esta lucha genuina, valiente y sin precedentes en el país, es para hacer oír su voz reprimida, cansada y fastidiada de tanta inoperancia gubernamental y actitud machista de la sociedad que hay en el país desde muchas décadas atrás, buscando con esto el inicio de un cambio que busca la paz y la justicia.
Si el Presidente de la República piensa que todo este movimiento social es para “desprestigiarlo”, pues a sus adversarios “les molestan todos sus logros”, y lo quieren “opacar” por motivos políticos, le puedo asegurar que está bien, pero bien equivocado.