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¿Por qué ganó Trump? Un libro útil y oportuno

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  • Irene Selser

No solo el presidente Barack Obama estaba convencido de que su candidata, la ex senadora, ex canciller y ex primera dama Hillary Clinton iba a ganar los comicios del 8 de noviembre, aunque ella fuera –como finalmente se vio­– la "peor opción". También el escritor y periodista mexicano radicado en España, Martín del Palacio Langer, se "compró" como muchos otros en Estados Unidos y el resto del planeta "la narrativa" sobre el triunfo de Clinton que, aunque le ganó por casi 3 millones de votos populares a su rival republicano Donald Trump, perdió en el añoso Colegio Electoral.

Así lo reconoce el mismo escritor en su oportuno libro ¿Por qué ganó Trump? (Ed. Ariel, México, 2017, pp. 89) el cual analiza a lo largo de cinco capítulos la lógica detrás de la derrota demócrata en una contienda que, como señala, no se rigió por los estándares de la política tradicional.

Como advierte Del Palacio Langer en su introducción, el libro, sin ser exhaustivo, quiere ayudar a comprender tantos las razones de la victoria de Donald Trump como las de la derrota de Clinton, y qué es lo que sigue para Estados Unidos y el mundo cuando, asegura, "no cabe duda de que los siguientes cuatro años van a ser tan intensos como la elección misma".

El autor, que al final adelanta sus conclusiones y también los posibles caminos a seguir ante este cambio de paradigma que supone el ascenso del multimillonario neoyorquino a la Casa Blanca, invita de entrada a los lectores a unirse al debate en Twitter @whytrumpwonbook y en el correo electrónico whytrumpbook@gmail.com, donde se pueden encontrar además las fuentes utilizadas por el periodista para escribir esta obra.

El primer capítulo es sin duda elocuente: "El pésimo candidato era Hillary, no Trump", y en él se advierte cómo desde comienzos de 2016 Clinton era vista por una parte de los operadores del Partido Demócrata como "torpe y poco inspiradora" y que tiene "la cola que le pisen de Bill (Clinton) sin el donde de gente" de su esposo y ex presidente, como destacó en su momento la revista Foreign Affairs.

El autor enumera una larga lista de errores cometidos por Hillary a lo largo de la campaña, desde la creación de una imagen "maternal y femenina" –que contrastó con su misma personalidad belicosa y poco dispuesta a ceder terreno–, hasta las maniobras de la cúpula demócrata contra su rival, el senador Bernie Sanders, que sí entendió "que la elección se iba a jugar con otras reglas y que el ganador tenía que usarlas a su favor". Añade Del Palacio Langer: "Ya no era suficiente dictar políticas desde una torre de marfil en el Congreso, ni dar discursos sobre lo que debería ser sin tomar en cuenta lo que estaba pasando con una parte del electorado". Pero, añade, la maquinaria demócrata ya había decidido desde mucho tiempo antes que la candidata debería ser Clinton, a pesar del éxito logrado por Sanders, mucho más de lo que él mismo pudo haber anticipado –llegando a sumar el senador de Vermont, de 75 años, cinco más que Trump, más de 10 millones de votos detrás de su propuesta de cambio sistémico en la Unión Americana pero desde una perspectiva progresista.

Pero Clinton, dice el autor, nunca hizo nada por cambiar la orientación de su campaña y su mensaje "nunca fue dirigido a la población que podía marcar la diferencia en los estados reñidos", en especial en aquellos marcados por la creciente frustración de los trabajadores.

Al contrario, el magnate inmobiliario sí se dio cuenta de que una gran parte de la población de EU se sentía abandonada y desde la imagen –en el entendido de que "en el mundo de la política la imagen lo es todo"–, logró convertirse en el vocero de un grupo de estadunidenses que llevaban muchos años sintiéndose ignorados y desprotegidos: la clase trabajadora blanca.

Martín del Palacio Langer también recupera las expresiones del cineasta estadunidense antisistema Michael Moore, uno de los pocos que desde julio de 2016 advirtió del inevitable triunfo de Donald Trump, marcado también por la cuestión racial y supremacista, cuando la percepción en los últimos años de muchos estadunidenses blancos es que "se sienten como un grupo en vías de extinción, como una minoría e invisible", ante el crecimiento demográfico de los negros y los latinos.

También la prensa liberal se equivocó con Trump, asegura Del Palacio Langer, mientras el magnate contó con el apoyo decisivo de un medio tan antiético como efectivo como es el portal de noticias de ultraderecha Breibart News. Como afirma el millonario Peter Thiel, uno de los hombres más importantes del equipo de transición de Trump y que es citado por Del Palacio Langer, "los medios siempre tomaron literalmente a Trump. Nunca lo tomaron en serio, pero lo tomaron literalmente. Sus partidarios lo tomaron en serio, pero nunca literalmente".

La prensa liberal, dice el autor, con el New York Times al frente, pensó que Clinton "tenía la elección en la bolsa. Y ahí estribó el segundo error fundamental de la cobertura de la elección". El tercero: la interpretación equivocada de las encuestas, cuando lo que falló no fueron ellas "sino la narrativa", ya que muchos medios evitar reflejar la "incertidumbre" de un sector del electorado que sí apareció en los sondeos pero fue minimizada.

En el capítulo 4, "Era posible aprovecharse del sistema estadunidense. Trump lo entendió, Hillary no", el autor destaca los méritos de Trump para saber dónde conseguir los votos que le permitieran alcanzar los 279 votos electorales para ganar la elección, al punto de que hasta el propio líder republicano de la Cámara Baja, Paul Ryan, una de las voces más críticas del magnate, llegó a afirmar después de su triunfo: "Déjenme decir que la victoria de Trump es la proeza política más increíble que he visto en mi vida... Escuchó una vez en el país que nadie más escuchó. Conectó con la gente de una manera que nadie más lo hizo. Puso a la política de cabeza. Y ahora dirigirá un Partido Republicano unificado".

En realidad, acota Del Palacio Langer, alguien más vio y escuchó lo mismo que Trump y ese fue Bernie Sanders, pero "el magnate estaba mucho mejor preparado que el senador por Vermont para aprovecharlo y las circunstancias le eran mucho más favorables".

En las conclusiones, "El reto de Trump y de los Estados Unidos", el autor afirma que en un país –a la sazón la primera potencia mundial– que emergió de las urnas aún más dividido de las urnas, es muy improbable que Donald Trump llegue a ser el presidente "de todos los estadunidenses", más bien al contrario, "su gobierno será de derecha" y el país resentirá la estrategia usada por Trump para llegar al poder la cual, siendo "muy efectiva, abrió aún más el abismo que separa a las distintas capas que forma la sociedad". Y es que Estados Unidos "está partido en dos", dice el autor, "y esas elecciones sirvieron para darle sustento numérico a una situación que lleva años cocinándose".

En un marco de incertidumbre general, todos los escenarios están abiertos en un país que está "al borde de la violencia racial y de clase", y también la agenda internacional –México, América Latina, Europa, ONU, cambio climático, Rusia, OTAN, China, Oriente Medio–, cuando a ojos vista Trump pretende redefinir un mundo creado hace 70 años y basado en la multilateralidad.
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