Se espera que el Senado de EU confirme hoy al empresario republicano de Texas, cristiano practicante y ex director de la ExxonMobil, Rex Tillerson (64), como nuevo jefe del Departamento de Estado que cuenta con casi 19 mil empleados. De ellos, unos mil diplomáticos se sumaron ayer a la disidencia contra las políticas Donald Trump al firmar una carta donde rechazan el veto temporal al ingreso a EU de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana, los mismos del supuestamente extinguido "eje del Mal" de George W. Bush.
En la carta, los diplomáticos expresan su "disconformidad" y "preocupación" con dicha orden ejecutiva y, según el New York Times, el número de firmantes es muy superior al del resto de cables publicados en el así llamado "canal de discrepancias" de la cancillería en Washington. Dicho canal existe desde la guerra de Vietnam para que el personal diplomático hace saber su desacuerdo a los altos mandos "sin temor a represalias".
La carta fue entregada horas antes de que Trump anunciara en la Casa Blanca el nombre del juez número 9 de la Corte Suprema, el sólido conservador y rico magistrado de Colorado, Neil Gorsuch, de solo 49 años, que, de ser aprobado por la Cámara Alta, inclinará también hacia la derecha al más alto tribunal.
Este giro supone otra amenaza a la democracia de EU por el retroceso que pueda darse en materia de leyes pro aborto o de los matrimonios gays, y se inscribe en la misma tendencia de erosión de las libertades que ayer mismo fue advertida en Washington por la organización Freedom House (que depende en 80 por ciento de los fondos federales de EU).
En el estudio sobre el estado de las libertades en el mundo, su autor principal, Arch Puddington, dice que éstas cayeron en 2016 por undécimo año consecutivo pero por primera vez ocurrió de forma más acusada en las democracias sólidas como EU y Gran Bretaña. Esto, agrega, por "el auge del populismo y el nacionalismo".
"La gran pregunta es si EU y las otras grandes democracias cumplirán su responsabilidad como líderes", afirmó a su vez Michael Abramowitz, presidente entrante de Freedom House.