Familia unida jamás será vencida”. Escucho el fervor que se expresa con el grito.
Me resistía a escribir sobre el tema, pero las banderolas, la furia y la indignación de tantos me ha puesto frente al papel.
La familia es asunto serio. Lo supo Edipo cuando cayó en cuenta de que había matado a su padre y se había casado con su madre. La verdad fue tan fulminante, que se arrancó los ojos. ¿Y qué decir de Antígona, su hija, que fue condenada a muerte por querer enterrar a su hermano como sus dioses lo pedían?
La familia es asunto serio. Por eso no entiendo nada de lo que pasa en este país.
Tanta gente marchando por la avenida Reforma con intensa vehemencia para proteger la tríada padre-madre-hijo, me hace preguntarme dónde está el verdadero peligro en este país sobrepoblado y hambriento.
Y veo que no lo veo. O más bien, veo que no vemos lo mismo.
¿Qué veo?
A madres desgarradas por la desaparición de sus hijos; a huérfanos marcados por el asesinato de uno de sus padres; a jovencitas masacradas porque sí; a miles de personas vulneradas por la violencia cotidiana; a destinos truncados por la trata; a cuarenta y tres estudiantes esfumados sin explicación.
¿Qué veo?
Cifras. Muchas cifras que se cruzan en esta realidad. Cifras irrebatibles. Nubarrones que empañan el futuro de las y los mexicanos:
*400 mil bebés nacen cada año de madres adolescentes, menores de edad.
*Alto porcentaje de matrimonios precoces: casados a los 15 años, 5%; casados a los 18 años, 23%.
*Abundancia de ninis: 24% de los jóvenes entre 20 y 24 años ni estudian ni trabajan.
*México, uno de los diez países del mundo con más feminicidios por armas de fuego.
*63 de cada cien mujeres declara haber padecido algún tipo de violencia. Chihuahua y el Estado de México se llevan el campeonato.
*20% de las familias mexicanas son monoparentales y de ellas, el 84% son encabezadas por mujeres que se las arreglan solas para mantener su hogar.
Yo también me manifiesto.
Me manifiesto contra todo lo que vulnera los lazos familiares: contra la violencia innecesaria, contra la orfandad, contra el miedo, contra la carestía de la vida, contra la falta de tiempo libre de tantas trabajadoras y trabajadores, contra la salud precaria, contra el agua contaminada, contra la falta de atención médica, contra muertes que pudieron prevenirse, contra la precarización del trabajo que impide la satisfacción de las necesidades básicas.
La familia es asunto serio. Por ello, los homosexuales quieren formarla.
¿Cuál es la amenaza? ¿Cuál es el verdadero valor de nuestros valores?
En medio de la proliferación del odio más bestial expresado de formas aterradoras inimaginables, es un milagro que sobreviva el amor.
