El sismo de hace tres semanas dejó centenares de muertos, miles de edificios dañados e igual número de damnificados. Y en igual circunstancia dejó a los más claros competidores por el 2018: desde Miguel Angel Osorio Chong, pasando por Aurelio Nuño, al propio Andrés Manuel y Miguel Angel Mancera, y sobre todo a Claudia Sheinbaum y a Ricardo Monreal, quines son los titulares de las delegaciones Tlalpan y Cuauhtémoc, respectivamente. Y es que en esas demarcaciones es donde más pérdidas humanas dejó el sismo, y donde más daños materiales en inmuebles se registraron.
En la delegación Cuauhtémoc, por ejemplo, el derrumbe del edificio ubicado en la calle de Alvaro Obregón 286 dejó cerca de 50 muertos, y que al parecer era un inmueble que presumiblemente tenía un helipuerto no autorizado. Al tiempo, se ha dicho, convivía con dos edificaciones con declaratorias de demolición desoídas por sus dueños, como el caso del edificio en Amsterdam 25, que había sido desalojado hace siete años, y tiempo después, permitieron que volvieran sus ocupantes, hoy muertos cerca de una veintena de ellos, tras derrumbarse en el sismo pasado.
En esta demarcación política, además, en el recuento de las afectaciones se tienen registrados centenares de edificios con daños severos que obligan a su demolición, y más de miles de inmuebles con daños por reparar, lo que convierte a esta zona, específicamente en las colonias Roma y Condesa, como áreas de alto riesgo para sus ocupantes y transeúntes.
En tanto, en Tlalpan, la caída de dos inmuebles escolares del Colegio Rébsamen, así como el derrumbe de los puentes peatonales de interconexión de los edificios de alumnos del Instituto Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México, dejaron cerca de 30 muertos, entre ellos 17 menores en edad preescolar. Además, edificios mulltifamiliares derrumbados y un lujoso centro comercial con severos daños, y decenas de edificios con daños severos.
Ciertamente, en la delegación Benito Juárez también se registraron daños importantes, aunque su delegado actual Christhian Von Roehrich no tiene aspiraciones, y mucho menos posibilidades, para el Gobierno de la Ciudad de México... y quizás, ni siquiera le alcance para algo más que no vaya heredar de su partido.
Sin embargo, considerando que los delegados son los responsables y supervisores de las obras de construcción, que a su vez tienen un área de Protección Civil como la tiene el Gboerno de la Ciudad de México, hasta ahora, ninguno ellos, Sheinbaum, Monreal ni Von Roehrich, ni Mancera han aparecido públicamente para decirle a la opinión pública qué explica tanta desgracia en sus demarcaciones. Esta inacción es preocupante, pues si bien todavía están a tiempo de sorprendernos con alguna explicación, lo cierto es que, por lo pronto, están muuuy calladitos como esperando que tooodo quede en el olvido, al estilo de esa costumbre típica de la clase poítica en desgracia.
A juzgar por las evidencias, no pareciera que alguno de ellos, Monreal o Sheinbaum, tengan intenciones de "aparecer" para aclarar nada al respecto, como tampoco parece que sus jefes políticos, Andrés Manuel López Obrador, ni el titular nacional de Protección Civil ni el del Distrito Federal, Luis Felipe Puente o Fausto Lugo García, respectivamente, ni el jefe de éstos últimos, Miguel Angel Osorio Chong, quien como MAM aspira a la presidencia, quieran obligarlos, lo que a la postre terminará convirtiéndolos a todos ellos en cómplices de esta desgracia; una desgracia más que ocurre en la Ciudad de México, como en el país, al amparo de sus autoridades, y que la sociedad civil, en especial, la votante, no debiera dejar pasar esta vez.
Y es que sí le buscamos, es la sociedad civil, votante o no, la que más pierde con este "dejo de tolerancia", y lo que está perdiendo es "la vida", vida que sus autoridades ponen en riesgo sin miramiento alguno, en pro unicamente de una carrera política que en vez de sumar adeptos derrama corrupción... y muertos; corrupción y heridos; corrupción y daños materiales; corrupción y programas de "rescate económico" que en temporada electoral solo inflan sus alcancías políticas; corrupción y cadenas de desgracia en las familias mexicanas, como las que dejó este sismo en la Ciudad de México, o las de Jojutla en Morelos, o las de Juchitán en Oaxaca, o las de Puebla, o las otras desgracias como las de la Guardería del ABC en Sonora, o las de Ayotzinapa en Guerrero y todas aquellas que la ambición política nos han provocado.
Es claro que ya no son tiempos de un voto sumiso, ni condicionado... y mucho menos vendido. Nada de eso ha dado resultado para ninguna mayoría, excepto, para la que ha tenido que pagar los platos rotos. Es por ello que este es el tiempo exacto para que, también en lo político, se note el cambio ciudadano que se viene mostrando clara y mayoritariamente en las expresiones civiles y políticas del país.
La oportunidad que ahora tenemos es inmejorable; las condiciones están dadas, y la espera hace tiempo que concluyó. Recuperemos lo fundamental: garantizar y proteger la vida de nuestras familias y la evolución armónica de nuestra generación y la de nuestros seres queridos a través de nuestros derechos, haciendo valer las muertes tan inútiles como tristes que nos ha dejado la clase política inhumana, la clase política que no se ha saciado de las honrosas oportunidades que le hemos dado.
Es muy buen tiempo, ahora, de reconvertir las tragedias en ocasiones de certeza y claridad para nosotros y nuestros hijos, hijos a quienes nadie quiere ver morir nuevamente en sus escuelas, en sus casas, en sus centros de trabajo, a manos de quienes pidieron la estafeta de su representación y protección y que al final del día una monedita, un favorsito, un guiño ruín, pero a final de cuentas su impérdonable comportamiento, mató a alguien y fracturó a su familia, y además puso en riesgo a muchos más... así no. Así ya no.