Si algo aprendimos de las coberturas de la violencia y el enfoque hacia las víctimas es que para lograr la justicia es imprescindible la reparación del daño, pero también la garantía de no repetición. Que quienes encabezan la administración pública tomen las medidas necesarias para evitar que vuelva a ocurrir. En el terreno de la movilidad también se requiere.
Una tragedia vial solía verse como una pérdida individual o familiar, nunca como un problema de la ciudad, como un asunto urgente en las mesas de debate público, pero por fortuna ello ha ido cambiando y ahora sí se entiende que las muertes viales no son consecuencia de desafortunados “accidentes”, sino de un sistema que requiere transformarse.
Por eso no basta con anunciar que, ante un hecho como el atropellamiento de una docena de peregrinos el domingo pasado, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, se comprometa a aplicar todo el rigor de la ley. Tampoco basta que los diputados hayan endurecido el Código Penal en julio pasado contra los ebrios al volante, ni que la Secretaría de Movilidad retire licencias y que se endurezca el alcoholímetro. No, nada de ello es suficiente mientras no se logre evitar la repetición de siniestros viales con pérdidas de vidas, o con lesiones que son prevenibles y predecibles.
Apenas en noviembre la Organización Mundial de la Salud lanzó el Nuevo Decenio de Acción para la Seguridad Vial, con el objetivo de reducir en 50 por ciento las muertes y traumatismos causados por los hechos de tránsito en 2031. México se adhirió a ese objetivo, ahora tiene que cumplirlo.
¿Qué hará la Ciudad de México (sus funcionarios) para evitar una nueva tragedia en Calzada de Tlalpan? ¿Será este hecho un hito que logre evitar más muertes en esa “vialidad de acceso controlado”? ¿Debe mantenerse el límite actual de velocidad de 80 kilómetros por hora en esa avenida? ¿Trabajará la Semovi en alguna propuesta para reducir la velocidad?
Se podría bajar el límite de velocidad permitido e instalar la tecnología que se requiera para vigilar que se cumpla la restricción, pero eso tampoco basta. El diseño de una vialidad habla por sí mismo y Tlalpan les grita a los conductores que pueden meter el acelerador a fondo sin consecuencias (por favor ni siquiera mencionen los inservibles carruseles que hace la Secretaría de Seguridad Ciudadana por las noches).
¿Por qué no restablecer los cruces a nivel de calle, con semáforos, a la altura de los ejes 7 Sur y 7A Sur? ¿Por qué no realizar un estudio para soterrar el Metro en esa calzada y volver a restablecer la comunicación y la permeabilidad con todas las colonias situadas al oriente de Tlalpan?
Con una menor velocidad, con otro tipo de pavimento, con aceras más amplias, con carriles más angostos, con carril para carga, con policía de tránsito especializada y exclusiva para esa calzada, podría también incluirse una ciclovía que, con las condiciones actuales es imposible.
¿Y si se construye un Metrobús que disminuya la saturación del Metro y logre ordenar los múltiples autobuses de transporte público que circulan por la avenida?
@hzamarron