Han invadido el continente. Desde Iquitos, en Perú, hasta Poza Rica, Veracruz; desde Huila Colombia, hasta los Ponchimóviles de Villahermosa; desde los Tuc-tucs de Guatemala hasta los mototaxis de Oaxaca.
En casi todas las ciudades los mototaxis se apoderaron de los suburbios. Son los reyes de las calles gracias a los vacíos de regulación, la rápida expansión urbana, el crecimiento de la población y el modelo extensivo de las ciudades que hace poco lucrativo el transporte colectivo tradicional.
En Ciudad de México llevan más de 30 años atendiendo la periferia y las zonas altas. Hay cerca de 50 mil mototaxistas, según un informe en la Cámara de Diputados de 2017, cuando se intentó regularlos por última vez, en medio de la crisis por la detención del líder del cártel de Tláhuac que había construido una red de apoyo con los mototaxistas.
En India nacieron desde el siglo XIX bajo el nombre de rick shaw, cuando eran impulsados a pie. De Asia también proviene la empresa Bajaj que inundó el mundo con sus mototaxis de cabina. Aunque son versátiles, el principal defecto de los mototaxis es que son transportes contaminantes, ruidosos, caros de operar y peligrosos para usuarios y conductores.
Los pasajeros respiran directamente las emisiones y la falta de frenos y amortiguadores en el semiremolque los vuelven un riesgo para sus ocupantes.
A pesar de todo ello, crecen a un ritmo imparable, pues de poco sirven los operativos de las policías de tránsito ante la necesidad imperiosa de transporte en las periferias y suburbios desatendidos por las rutas convencionales.
En Ciudad de México quizá se esté incubando una salida a la proliferación de mototaxis: los bicitaxis con asistencia eléctrica. Obligados por la contaminación atmosférica la capital y los municipios conurbados del Valle de México no pueden darse el lujo de permitir que las motos contaminantes inunden las calles.
De ahí que se vuelva muy atractiva encontrar una salida como el tricitaxi MX3.
Una agrupación de bici y mototaxistas, el Frente de Organizaciones de Transporte Colectivo y Alternativo Fotca, se alío con otra empresa diseñadora y fabricante de vehículos híbridos y ultraligeros Arietis, para desarrollar un prototipo que combine la propulsión humana y eléctrica, con bajos costos de operación y que sea cero emisiones y mínimo ruido, con capacidad de remolque para tres pasajeros y medidas de seguridad que incluyan suspensión, frenos , luces y cinturones de seguridad y seguro de usuario.
Uno de sus impulsores, Carlos Mastretta Guzmán, explica que estarán en el mercado para mediados de año y si tienen éxito, podrían evolucionar con el tiempo a ser una solución no solo metropolitana, sino también para otras ciudades del país y, quizá, hasta una alternativa para el continente.
Por ahora recibieron un financiamiento de 100 mil dólares al ganar un concurso impulsado por Ford, el City One Challenge, con el que desarrollarán sus prototipos y podrán ponerlos en el mercado con los 12 mil integrantes del frente Fotca, así que hay esperanza en lo que se incuba en la capital. Suerte.
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