Los primeros minutos después del choque de un vehículo son críticos para las personas heridas, es la ventana de oportunidad para que la atención médica surta efecto y logre salvar una vida, o una extremidad, como no ocurrió en el caso de Mario Trejo.
Los especialistas llaman a ese lapso la hora dorada y la misma Organización Mundial de la Salud recomienda atención inmediata a los involucrados en un incidente de tráfico, como parte de la estrategia para disminuir las muertes y las lesiones fatales.
No es que todos los heridos tengan una única hora para ser atendidos, pues depende mucho del tipo de heridas, pero cuanto antes se atienda mejores posibilidades tienen de ser salvados.
En el caso de Mario, repartidor en bici atropellado por un conductor de transporte público el sábado 14, no ocurrió así, pues la demora en ser atendido le hizo perder una pierna y por factores comunes, aunque no por ello menos indignantes:
Ambulancias que dan servicio solo a condición de garantizar un pago, aseguradoras que condicionan la atención médica a que la víctima otorgue el perdón, lentitud en la aplicación de sanciones a una empresa que acumulaba irregularidades y conductores de transporte público precarizados, a quienes en lugar de pagarles salario se les exige una “cuenta”, lo que termina por convertirse en una guerra por el pasaje en las calles.
La esposa de Mario, Ameyalli Correa, exige justicia para su marido, pero también espera que este caso -que detonó movilizaciones ciclistas sin precedente- marque un punto y aparte. “Mario quiere que su caso no quede simplemente en el olvido y que las cosas sigan igual. Él sí quiere que cambien muchas cosas y para mejor”.
Entrevistada por el reportero de Notivox Anwar Nájera, Ameyalli lamentó lo sucedido: “Le quitan una parte de su vida muy importante. Lo que necesitaba era una bici para vivir, no le importaba más. Yo quiero que se responsabilicen, que se haga justicia”.
A Mario le deben la reparación del daño, una indemnización que incluya una prótesis y atención para una vida digna. Su abogada, María de la Luz Escudero, le dijo a Anwar Nájera que van a solicitar que tenga toda la asistencia psicológica y tanatológica que necesite, pues hasta ahora el dueño del autobús solo accedió a pagar los gastos hospitalarios, pero no a hacerse cargo del proceso de recuperación.
Cada año en México más de 100 mil personas sufren accidentes de tránsito en donde mueren más de 16 mil, mientras que el resto sufre de lesiones e incapacidades, temporales y permanentes, según datos del Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes. Tan solo en 2017, el dato más reciente, se perdieron un millón 75 mil 934 años de vida saludable. Son miles de años perdidos, vidas segadas, de dolor y duelo que podrían evitarse.
Hay políticas públicas probadas para reducir los accidentes o para llegar incluso a la tasa cero. Aunque su ocurrencia ha venido bajando en la última década, ninguna muerte que se pueda evitar es aceptable.
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