Las campañas a la gubernatura comenzarán cerradas, sin una diferencia marcada entre Pablo Lemus y Claudia Delgadillo
A menos de un año de las elecciones, Jalisco se prepara para elegir a su próximo gobernador o gobernadora. La contienda se perfila como una de las más reñidas de los últimos procesos, pues enfrenta a tres fuerzas políticas con distintas visiones y propuestas para el estado. Por un lado, está el partido Movimiento Ciudadano (MC), que busca mantener el poder con Pablo Lemus, actual alcalde con licencia de Guadalajara y delfín del dirigente nacional de MC, Dante Delgado. Por otro lado, está la coalición integrada por el PRI, el PAN y el PRD, que todo parece indicar que postulará a Laura Haro, diputada federal y ex presidente del tricolor en Jalisco. También está la alianza conformada por Morena, PVEM, PT, Hagamos y Futuro, que tienen como candidata a Claudia Delgadillo, diputada federal. Estos tres candidatos se disputan el voto de los jaliscienses, que viven una realidad marcada por la inseguridad y la violencia.
Pablo Lemus se presenta como el candidato de la continuidad y el cambio a la vez, una contradicción que evidencia su ambigüedad. Por un lado, se asume como el heredero de Enrique Alfaro, a quien le tocará defender y elogiar por su gestión al frente del estado. Por otro lado, seguramente intentará desmarcarse de los errores y escándalos que han marcado la gestión del gobernador, como el aumento de la inseguridad, las desapariciones forzosas, las fosas clandestinas, el conflicto con el gobierno federal y escándalos como el ya conocido programa “A toda máquina”. Lemus quiere tener lo mejor de dos mundos, pero no puede ocultar que representa los intereses de un grupo político que ha gobernado Jalisco en medio de una gestión con claroscuros.
Laura Haro se presenta como la candidata con juventud, pero con experiencia legislativa, así como con unidad, una combinación que busca atraer a los electores descontentos con el gobierno de MC y con la oposición de Morena y sus aliados en la contienda. Su trayectoria política incluye cargos como diputada federal, directora del Conalep y presidenta de su partido. Su desafío es convencer a los jaliscienses de que la coalición que encabeza es una opción viable y confiable, así como desmarcarse de Alito Moreno, líder nacional del PRI, a quien se le identifica como su principal promotor, y quien no goza de la popularidad o simpatía de la sociedad. Además de convencer que no se trata de una alianza contradictoria, que reúne a partidos que han sido adversarios históricos.
Claudia Delgadillo se presenta como la candidata de la transformación y la esperanza, una consigna que busca capitalizar el apoyo popular al presidente Andrés Manuel López Obrador y su proyecto de nación. Su carrera política incluye cargos como diputada federal y local, regidora y funcionaria en el ayuntamiento de Guadalajara. Su reto es convencer a los jaliscienses de que la alianza que representa es una alternativa real y efectiva. Su candidatura no ha caído del todo bien entre cierto sector de Morena, puesto que la ven como una imposición por acuerdos cupulares. Sin embargo, es parte normal de los procesos de reconciliación y reparto de espacios entre los grupos que conforman al partido de AMLO. Y seguramente, en los próximos meses veremos como poco a poco esos cuestionamientos se diluyen.
Según las últimas encuestas publicadas por Massive Caller, la intención de voto para la gubernatura de Jalisco se encuentra muy dividida y con un alto porcentaje de indecisos. De acuerdo con el sondeo realizado el 17 de diciembre, Claudia Delgadillo encabeza las preferencias con el 39.3 por ciento, seguida por Pablo Lemus con el 31.7 por ciento, Laura Haro con el 16.8 por ciento. El resto 12.2% aún no sabe o no contesta. Estos resultados muestran que la contienda está muy cerrada y reflejan que las campañas comenzarán cerradas, sin una diferencia marcada entre Lemus y Delgadillo, tal y como sucede en este momento en la contienda por la presidencia de la república.
