Estimado lector, esta semana toca el turno de hablar sobre Laura Haro Ramírez, quien es la representante de la coalición de los partidos PRI, PAN y PRD en la búsqueda para la gubernatura de Jalisco.
Primer fantasma: La alianza contradictoria y pragmática.
Quizás algunos ya han normalizado ver a estos tres partidos políticos competir en unidad (PRI-PAN-PRD). Sin embargo, para un gran sector de la población con memoria histórica, saben que el PRI, durante muchas décadas, fue el verdugo y enemigo público número uno tanto del PAN como del PRD. Además, independientemente de la rivalidad, habría que asimilar que, mientras el PRD ha defendido posturas de izquierda como el matrimonio igualitario, el PAN ha defendido, desde un punto de vista más conservador, a la familia tradicional, solo por poner un ejemplo de sus diferencias ideológicas, si es que aún existe ideología. Entiéndase, es como intentar mezclar el agua y el aceite.
Este es el gran reto de Laura Haro: tratar de explicar que la alianza Fuerza y Corazón por Jalisco tiene un modelo ideológico claro. Y explicar cómo es que han superado una rivalidad histórica en lo local, donde es notoria la incomodidad de muchos priístas al tener que tomarse la foto y hacer campaña hombro a hombro con los que antes eran sus rivales. Además, debe hacer entender al panista tradicional y conservador que ahora tendría que votar por una priísta para gobernar en Jalisco.
Segundo fantasma: Los líderes impresentables.
La alianza que representa Haro Ramírez está llena de altibajos que se han evidenciado con las constantes “diferencias” entre sus líderes, que se hicieron notorias cuando, por ejemplo, el PRI decidió apoyar la ampliación del periodo de participación de la Sedena en tareas de seguridad y protección ciudadana, que representó el primer desencuentro de este poliamor entre PRI-PAN-PRD. El otro desencuentro notorio surgió cuando Marko Cortés, presidente del PAN, hizo públicos acuerdos “políticos” en Coahuila con priístas que según él “no cumplieron”, donde hasta notarías públicas habían acordado repartirse.
Además, habría que recordar que Laura Haro tiene una relación política muy estrecha con Alito Moreno, quien la apoyó para ser la candidata única a la presidencia del PRI en Jalisco, propiciando un gran malestar entre la militancia tradicional de ese instituto político, al verlo como una imposición desde el CEN del PRI nacional. Y si no, que le pregunten a Arturo Zamora.
Tercer fantasma: La desbandada priísta.
Como ya lo referimos, desde que Laura Haro llegó a la presidencia del PRI en Jalisco, varios liderazgos importantes se inconformaron públicamente ante lo que para ellos era una imposición de Alito Moreno. Acto seguido, comenzó lo que hasta ahora ha parecido interminable, muchos priístas de antaño han ido abandonando al PRI poco a poco. Nombres como el propio Arturo Zamora, Jorge Arana, Jesús Casillas, Hugo René Ruiz Esparza, entre otros liderazgos importantes.Al final, poco a poco, el PRI se ha ido quedando solo con unos pocos y convirtiéndose en un partido de afines a Laura Haro y Alito Moreno, sin permitir o incluir a otras corrientes que se atrevan a diferir.
Estos son algunos de los fantasmas que tendrá que enfrentar Laura Haro, al margen de estar posicionada en un lejano tercer lugar en las preferencias electorales, lo cual, hasta el momento la colocan como poco competitiva frente a sus contrincantes. Por lo que al día de hoy, se ve poco probable que logre el triunfo en las próximas elecciones.