Negocios

Trabajo, desencanto y necesidad

Uno de los problemas más arraigados en la economía es la precariedad en el mercado laboral: la tendencia viene de hace décadas y afecta transversalmente a la calidad de los empleos, que cada vez pagan menos, ofrecen menos estabilidad, menos seguridad y no permiten una proyección en el tiempo. Las malas condiciones existentes en el mercado del trabajo provocan un enorme desencanto que no sólo afecta a los trabajadores actuales sino que golpea con mucha fuerza a las nuevas generaciones, las que se encuentran en proceso de decisión o de formación con miras a construir una carrera profesional.

Hace algunos días conversé con Francisco Pérez Latre, profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, España, y en el marco del análisis de la crisis de los medios, me dijo que una de las cuestiones que agravan la situación del periodismo es que las empresas periodísticas no ofrecen buenas condiciones laborales, por lo que no sólo se trabaja con precariedad sino que es muy difícil retener a los talentos con experiencia así como atraer a los nuevos talentos. Los salarios se han empobrecido frente a una vida cada vez más cara, en un contexto en el que trabajar con esmero ya no es suficiente.

Si miramos el problema de la precariedad laboral, prácticamente no hay sector que escape: los abogados, los comunicadores, los médicos, los comerciantes, los docentes, los mercadólogos y un largo etcétera, incluyendo a los ingenieros, se enfrentan cotidianamente a puestos de trabajo endebles, inciertos en su continuidad, con condiciones de alta exigencia en cuanto a lo que hay que cumplir, y de poca solidaridad a la hora de la recompensa. Hay una pérdida notable de la calidad de los empleos, de los salarios y de la posibilidad real de que el trabajo sea un equivalente a salir de la pobreza. Y no se trata de un fenómeno mexicano sino de un problema global con un énfasis muy marcado en América Latina.

La situación en el mercado laboral es una urgencia que hay que atender si realmente se quiere comenzar a revertir los males de la desigualdad y la pobreza. Por un lado, necesitamos mejorar la formación de los recursos humanos, mejorar los niveles de educación y elevar los niveles de productividad, la creatividad y la innovación. Esto requiere de una gran inversión educativa y de una proyección en el mediano y largo plazo. Pero a su vez se requiere recuperar la pertinencia social de los empleos, que la tiranía del mercado no sólo se base en el exceso de lucro para las corporaciones en desmedro de los trabajadores, sino que se entienda que la formación y el cuidado de los trabajadores son una inversión más que rentable.

En tiempos de revoluciones digitales, hay que reinventar el escenario laboral para nivelar la cancha y ofrecer mejores condiciones. Por un lado se requiere una fuerte inversión en educación para formar recursos humanos más preparados, y por otro lado hay que incentivar las inversiones con pertinencia social, las que generen buenos empleos, las que valoren y cuiden el talento.


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Héctor Farina Ojeda
  • Héctor Farina Ojeda
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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