Negocios

El estancamiento y el golpe al empleo

Los pronósticos para las economías latinoamericanas apuntan en general a una desaceleración y en algunos casos a un estancamiento: la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) coinciden en que el crecimiento de la región estará en torno al 2.5 por ciento en 2025. Esto representa que la región se encuentra inmersa en una trampa de escaso crecimiento, así como frente a la enorme incertidumbre en cuanto a aranceles, cambios de política y medidas que tome el nuevo gobierno de Estados Unidos.

Cuando nuestras economías no crecen lo suficiente el estancamiento se nota en puntos muy sensibles: hay menos generación de empleos, los salarios se precarizan todavía más, se estancan los resultados del combate a la pobreza, a la desigualdad y, en general, se pierden las condiciones para mejorar la calidad de millones de personas. En este sentido, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advirtió que los avances en busca de asegurar el trabajo decente se estancaron en la última década y que la situación tiende a empeorar debido a la desaceleración de las economías.

La OIT dice que el trabajo decente es que garantiza seguridad social, ingresos justos, estabilidad, igualdad de oportunidades y en general libertades para el desarrollo profesional. En el informe Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias 2025, la OIT señala que con los pronósticos de crecimiento moderado y la desaceleración no habrá condiciones para una recuperación fuerte y duradera del mercado trabajo. Es decir, ni la precariedad laboral, ni los bajos salarios, ni la informalidad ni la pobreza laboral se revertirán este año y, probablemente, en los siguientes si no mejora el dinamismo de las economías.

Sabemos que uno de los puntos más sensibles de la economía es el trabajo. La gente procura buenos empleos, con salarios justos, estabilidad y la perspectiva de mejorías en el ámbito profesional y salarial. Es mediante el empleo que las personas construyen sus economías, su patrimonio, cubren los costos de la salud, la educación y enfrentan la vida cotidiana. Cuando los empleos se volvieron precarios, las condiciones de vida de las personas también se volvieron precarias. Cuando aparecen empleos de calidad, los beneficios se perciben directamente en los ingresos y en las posibilidades reales de mejorar.

La mayoría de los países latinoamericanos -incluyendo México- tienen a más de la mitad de sus trabajadores en la informalidad, lo que significa que no poseen empleos de calidad que garanticen derechos, seguridad, estabilidad e ingresos dignos. Y esto se traduce en la América Latina que tenemos: con gente trabajadora que le dedica muchas horas al trabajo, por un lado, y niveles escandalosos de pobreza, por el otro lado. El trabajo se sigue precarizando y cada vez significa más sobrevivencia y menos posibilidad de ascenso socioeconómico.

El estancamiento económico no es bueno y el impacto negativo en el empleo es grave. Hay que cuidar el trabajo y recuperar su calidad.


Google news logo
Síguenos en
Héctor Farina Ojeda
  • Héctor Farina Ojeda
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.