La digitalización y la transición medioambiental transformarán el mercado laboral en España, país en el que se calcula que aparecerán unos 821 mil nuevos empleos para profesionales altamente cualificados entre 2022 y 2030. Esto lo dice el informe “Jóvenes universitarios y empleabilidad. Cualificación, profesiones en auge y transición laboral”, elaborado por Randstad Research y la Universidad CEU San Pablo. Los resultados coinciden con proyecciones realizadas por otros organismos en los que se pone énfasis en que los empleos del futuro tienen que ver con inteligencia artificial, digitalización, energías renovables y cuidado del medioambiente.
El informe tiene aspectos que son interesantes de analizar: hay una creciente demanda de perfiles especializados y se requiere el desarrollo de competencias que vayan más allá de la formación tradicional. Entre otros aspectos, el informe menciona que se necesitan versatilidad y capacidad de adaptación para ser empleables en el futuro, además de contar con las competencias técnicas en campos como informática y programación. Pero no todo es ingeniería: hay una revalorización de las humanidades y los saberes propios de las ciencias sociales.
En perspectivas, una tendencia es que muchos de los empleos del futuro -y del presente- requieran de competencias digitales, de saber usar la tecnología, las herramientas y aplicaciones, y sobre todo de comprender la lógica de los trabajos en el mundo digital. Y a la par, la cuestión ambiental, la transición energética y la búsqueda de formas menos contaminantes de producir harán que vayan apareciendo empleos que demanden perfiles altamente cualificados, con conocimientos especializados y con una gran capacidad para la creatividad y la innovación.
Dentro de las pinceladas que se vienen trazando para el futuro, hay una marcada línea hacia todo lo que implique conocimiento del mundo digital, uso de inteligencia artificial, capacidad de innovación y mucha creatividad. Pero el toque de incertidumbre que esto le da a las expectativas laborales es que ya no hay certezas de que con una carrera, un título o un oficio se consiga estabilidad y proyección en el mercado. La innovación y la reinvención en el interior de los oficios aparecen como una necesidad pero sólo sobre la marcha se aprende hacia dónde innovar y cómo reinventar.
Estamos frente a un escenario laboral en transición acelerada que nos pone en contradicción: necesitamos aprender la esencia de las profesiones y los oficios, mejorar nuestra comprensión del mundo y tener una mirada global, pero al mismo tiempo debemos especializarnos y aprender a aprender, a innovar y cambiar todo en todo momento. Prepararse para el futuro es prepararse para el cambio pero no como una veleta que va a donde sopla el viento, sino como una embarcación sólida, con capacidad de maniobra que puede adaptarse a los cambios y superar tormentas. Es cierto que debemos saber de digitalización y tecnologías pero también de cultura, historia y habilidades blandas.