La imagen del presidente Donald Trump visitando la Iglesia Episcopal St. John en Washington y sosteniendo una Biblia, pudiera ser símbolo del inicio del fin de su mandato. Muchas cosas pasarán todavía (faltan más de cuatro meses para las elecciones), pero la tendencia a la baja para Trump es hoy una realidad como nunca en sus tres años y medio de mandato.
Ya para que Chris Wallace, de la conservadora cadena Fox News, diga que el presidente Donald Trump tuvo una muy mala semana, es que las cosas no pintan bien. A pesar de que la parte más radical de su base seguirá apoyándolo haga lo que haga, Trump sabe que la reelección no será fácil sin el apoyo religioso, sobre todo el evangélico, que suele votar republicano.
Según Real Clear Politics, el candidato demócrata Joe Biden tiene ya 8 puntos de ventaja, y en los estados clave, que son los que al final definirán la elección en noviembre (como Florida o Pensilvania), Biden está de 3 a 4 puntos arriba, que aunque no es mucho, al menos hay una tendencia a su favor si lo comparamos con semanas anteriores.
Y es que además del manejo por parte de Trump de la pandemia y de las protestas contra el racismo, el tema religioso ha dado mucho de que hablar en su contra: la obispo episcopal de Washington, Mariann Budde, criticó fuertemente a Trump por su visita al templo y por retirar a los manifestantes a la fuerza para poder hacer su foto; y por su parte el arzobispo católico Wilton Gregory condenó la visita que Trump hizo a la estatua de Juan Pablo II, y aseguró que el pontífice nunca hubiera apoyado las acciones del presidente contra los manifestantes. Definitivamente una muy mala semana para Trump cuando dos importantes líderes religiosos condenan sus acciones.
Apunte spiritualis. Si estas críticas se mantuvieran, será interesante ver reacciones de evangélicos y católicos. ¿Qué puede más? ¿La devoción religiosa hacia sus iglesias y sus representantes, o la devoción, también religiosa en ocasiones, a Donald Trump?
