Del tiradero del bronce se recogen los pedazos astillados de la frase inmarcesible del zafio diputado local en NL, Juan Carlos Leal Segovia, del Partido Encuentro Socialista (PES), partido de ultraderecha que solo lo es y mantuvo su registro por obra y auto-obsequio de Morena, movimiento que en evangélica negociación del amloísmo, bajo cuerda le trasplantó suficientes votos y hasta militantes para que juntara unos cuantos restos de su naufragio electoral, con ellos le diera a Morena la codiciada mayoría en la Cámara de Diputados del Congreso.
Entre esos pedazos hundidos al fondo del basurero de la historia, se puede leer el pretendido apotegma de dicho diputado que delirante proclama: “El delito de feminicidio es un privilegio y debe eliminarse”. Se muestra así con ignorancia supina y mal disimulado oportunismo mórbido, en pos de una rebanada de aprovechamiento político a la moción del fiscal general Gertz Manero, quien aduciendo dificultades tal y como está tipificado actualmente en el Código Penal Federal propone la derogación del delito de feminicidio en lugar de promover si fuera el caso, una adecuación a los términos en que se clasifica.
El feminicidio (neologismo del inglés feminicide) como se lee en cualquier página de internet, es definido como el asesinato de mujeres debido a su condición de género, es decir, por el mero hecho de ser mujeres. Resulta difícil no encontrar a diario en NL multitud de casos que caben en la hipótesis de las muertes de odio por violencia extrema de género. MILENIO resaltó en su edición de ayer que tan solo entre enero y octubre de 2019, Monterrey se ubicó como el municipio con más feminicidios (16) en términos absolutos a nivel nacional, según cifras oficiales por las que Monterrey supera en este rubro a ciudades como Culiacán, Sinaloa, y Ciudad Juárez, donde se contabilizaron 13 y 12 feminicidios en el mismo periodo.
Juan Carlos Leal plantea una regresión 13 años atrás, cuando la entonces antropóloga y diputada del PRD, Marcela Lagarde, logró se tipificara como delito en el Artículo 325 del Código Penal Federal y en la Ley General de Acceso de las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia. Desde entonces lo comete quien priva de la vida a una mujer por la simple razón de ser mujer, por razón de género.
Esto es lo que según Gertz Manero le resulta difícil probar (y es argumentación que le sale sobrando a Leal Segovia) y por eso mejor proponen eliminarlo. Lo anterior no obstante que la SCJN ya emitió los criterios para determinar en su momento si hubo o no razones de género en la causa de la muerte, y así confirmar o descartar en la investigación si se trató o no de un feminicidio.
Estos criterios históricos con perspectiva de género basada en estándares internacionales fueron emitidos por la SCJN a partir de un amparo concedido a la madre de Mariana Lima Buendía, quien en 2010 quiso probar que su hija no se había suicidado como se decía en el reporte oficial, sino que había sucumbido ante la violencia extrema de su esposo, un agente judicial del Estado de México, cuestión que acabó probándose.
De manera simplona, Leal Segovia sin rubor da su sinrazón para eliminar el delito de feminicidio porque “es discriminatorio, ya que la Constitución dice que todos los mexicanos somos iguales”.
Cabe señalar que no hay ninguna escasez de modos para que el delito previsto se sancione. Según el Artículo 325 del Código Penal se dan los supuestos de un feminicidio cuando, dicho de manera resumida, concurran una o varias de estas circunstancias la víctima presenta signos de violencia sexual; se le hayan infringido mutilaciones infamantes o degradantes; haya habido antecedentes de violencia familiar, laboral o escolar; haya existido entre el activo y la víctima una relación sentimental o de confianza; que haya amenazas relacionadas con el hecho delictuoso; que la víctima haya sido incomunicada previo a la privación de la vida o que el cuerpo haya sido expuesto en un lugar público.
Ante el rechazo casi unánime que la propuesta del fiscal Gertz Manero ha provocado, la seguidilla por emulación del diputado Leal Segovia, ha motivado en NL un caudal de indignación. Como dijera una diputada de Movimiento Ciudadano: Marha Tagle: “… el machismo mata y la ignorancia también”.
El trasfondo de sacar a colación un tema que ya hacía buen tiempo había pasado por las tribunas, justo ahora es político desde luego. Gertz Manero buscó los reflectores y los obtuvo, si bien habrá que ver para qué los quería. Leal Segovia en cambio solo oyó campanas repicar y pensó que eran llamadas a misa, aunque no se descarta que aparte de sus agendas propias, detrás de ellos los apuntale el activismo ideológico que se manifiesta en contra de toda “perspectiva de género”.