Política

La patraña de la OMS

  • Entre pares
  • La patraña de la OMS
  • Guillermo Colín

En lo que quiso pasar como un gazapo de la OMS, pero que reveló una presumible corrupción de altos vuelos, negligencia médica, y patraña criminal de la misma, en presencia del director del organismo, Tedros Adhanom, la PhD Maria van Kerkhove (@mvankerkhove), directora de Zoonosis y Enfermedades Emergentes, reveló que los pacientes asintomáticos de coronavirus no contagian a más personas. Menos de 24 horas después la hicieron matizar su explosivo dicho.

Opuesta a la posición sostenida por la OMS, la doctora Van Kerkhove dijo que “los datos que tenemos indican que sigue siendo muy raro, que una persona asintomática lo transmita”. Esta declaración por sí misma revela que en la OMS lo sabían, sin embargo, mantienen opacos datos cruciales, pese a que disminuirían el pánico y el aislamiento social, lo que además fortalecería el sistema inmunológico de las personas deprimidas por la amenaza del contagio.

En un giro aún más increíble, al día siguiente la doctora Verkhove matizó su dicho, pero no se retractó como sí lo hizo la OMS. Fue la prensa superficial y afín a la ortodoxia en salud, la que mezcló todo y obvió lo esencial.

La doctora Verkhove aclaró que la suya no era la postura oficial de la OMS... “Solo estaba respondiendo a un pregunta, no estaba emitiendo una política de la OMS”. Esto empeora el embrollo original: los análisis de Verkhove en lo personal (pero desde luego a partir de su trabajo en la OMS) la llevan a considerar que los pacientes asintomáticos no transmiten el coronavirus; solo que la OMS ¡no respalda sus conclusiones, pese a ser una de sus directoras!

La OMS ha sido instrumental al tratamiento planetario y a cómo conceptualizar la pandemia del covid-19. Pero muy pocos saben cómo delibera y llega a consensos. En la práctica muchos la ven como un súper policía mundial en salud con mucha autoridad y poder, y casi nula participación del género humano afectado.

¿Cómo en efecto resuelve la OMS estas diferencias de criterio a favor de la raza humana sin jugar a ser Dios? ¿Por una camarilla de médicos amafiados en intereses de grupo como muchos así los ven? ¿Cuántas vidas se perderán por esta y otras confusiones para las que la OMS no ofrece resolución? ¿Cuántos gobernantes deciden en este mismo momento políticas de salud para salir de la pandemia basados en las opacas, infundadas y polémicas premisas seudocientíficas de la OMS? Sus apoyos a los gobiernos no son gratuitos y es un valor entendido que el aval de la OMS se paga con reciprocidad acrítica. El oportunismo político campea y puede verse hasta en la nominación mexicana a la OMS del subsecretario de salud López-Gatell de México como un cobro de factura de AMLO al apego azteca a la OMS.

La contradicción Verkhove es una más de las patrañas que ha urdido la OMS a lo largo de su historia con beneficiarios finales en las grandes transnacionales farmacéuticas. Junto a otros organismos multilaterales como la Unicef, la FAO, la Unesco, ha sido la noble naturaleza de sus objetivos, lo que los ha mantenido relativamente a salvo de un mayor escrutinio público que mostraría oscuros manejos y procedimientos poco éticos con incalculables costos. La crítica al respecto (no por ello desinteresada) del presidente Trump es muestra de ello.

La rebelión contra el autoritarismo de los protocolos de la OMS cunde. En Italia refieren, comenzaron a salir de la crisis al tomar en sus manos la conducción de la contingencia. Apartados de la OMS –que solo había hecho 15 autopsias (¡!) para basar sus recomendaciones– pasaron a hacérselas a miles de cadáveres covid-19 para descubrir –lo que el establishment médico mexicano aún no acepta– que no eran neumonías las que mataban a los pacientes, sino procesos desatendidos de coagulación vascular diseminada, entre otros.

En otro absurdo, la OMS recientemente prohibió lo que ¡ya había usado contra el SARS! La hidroxicloroquina, un fármaco también utilizado hace más de 50 años sin problema en el tratamiento a la malaria. Empezó a ser divulgada su exitosa aplicación previa y alternativa a la intubación mediante antiinflamatorios y antigripales a casos positivos del coronavirus, y de inmediato la OMS adujo contraindicaciones que ni siquiera eran propias. El propio Donald Trump la descontinuó como profiláctico. Maniobra para sacar del mercado a la patente.

Y es que política aparte en la disputa por beneficios multimillonarios fabulosos, está el Santo Grial del coronavirus, según la industria farmacéutica para la que se trata de un demonio a matar, a diferencia de la ciencia médica para la que, en sus primeras 72 horas o en sus etapas benignas, es un virus por manejar (ni siquiera por descubrir, pues es primo hermano del SARS), que provoca cuadro gripal de naturaleza viral con inflamación aguda y posible complicación inflamatoria de vías respiratorias que hay que tratar con antinflamatorios, antigripales, antibióticos y, en su caso, vitamina C, ¡todos tratamientos prohibidos por la OMS para coronavirus!

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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