Política

“¡Guárdate de los idus de marzo!”

  • Entre pares
  • “¡Guárdate de los idus de marzo!”
  • Guillermo Colín

Quizá fuese pertinente la alusión premonitoria a los días de marzo que con mal presagio fuera hecha por un vidente al emperador romano Julio César, marcando un punto de inflexión en la historia romana luego de su asesinato.

Aquí en México –en principio o de dientes para fuera– se trataría de adversarios que desean la muerte política de AMLO, no su eliminación física, si bien no han faltado los que anhelan in pectore un magnicidio, como lo avizoraron en redes sociales la azafata que deseó lanzarle una bomba en pleno Zócalo capitalino, y también aquella otra que se ensoñó haciéndola de francotiradora.

Pocas veces una elección democrática y legítima de un indiscutible ganador apoyado por más de un 70 por ciento de la población, habría concitado tanto odio visceral de un 25 por ciento de la población restante que nunca ha cejado en imponer la hipótesis espuria de un país que se hunde en la ruina de no detenerse al elegido por el pueblo. Claramente un despropósito atroz.

Por lo pronto vuelve el recrudecimiento de las campañas preparatorias y propiciatorias para un golpe blando contra la 4T a partir de sucesos que aun sin ánimo conspirativo son coincidentes en el debilitamiento y eventual derrocamiento del régimen amloísta, a partir de acciones teledirigidas a través de medios de comunicación desafectos al régimen por cuenta de élites vergonzantes, desplazadas de sus habituales prebendas y privilegios; pero también nutridas en sus rencores y ataques por increíbles yerros en la narrativa de los mismos participantes en el gobierno de la 4T, empezando por el mismísimo conductor principal: el Presidente de la República, a quien algunos temas como el movimiento de El 9 Nadie se Mueve, lo rebasan.

Los ataques recobraron intensidad a partir de un abucheo a AMLO, que pese a haber sido televisado pasó desapercibido en la opinión pública que apenas si acusó recibo de lo ocurrido en la inauguración de la temporada de beisbol, deporte al cual AMLO es muy afecto.

No bien hubo entrado el Presidente al estadio cuando se desató una sostenida rechifla. Visiblemente desconcertado el Presidente se acercó a los micrófonos para decir unas pocas palabras debido a que –dijo– entre las gradas había gente de clase fifí en desacuerdo con los cambios implementados por su gobierno. Fue un primer aviso. Vendría otro más deplorable por ocurrir en la vecindad geográfica de su lugar de nacimiento.

En Macuspana asistió a un tenso mitin donde los ánimos se desbordaron. En medio del abucheo, AMLO exigió “separar la grilla y la politiquería, de la transformación de México (…)”, identificando a personas a las que “no les cae bien” el presidente municipal o gobernador.

Sin embargo, lo que AMLO redujo a antipatía en realidad cuela un agravio: la autoridad municipal de Macuspana y la estatal de Villahermosa, a los que se les repudia por su pésimo desempeño, fueron impuestos a la población tabasqueña desde pactos políticos que los unen con AMLO.

A continuación, el Presidente se victimizó amagando con retirarse y visiblemente enojado interpeló a la gente: “(…) entonces, si no digo nada, estoy tolerando algo que considero no ayuda y yo siempre digo lo que pienso, mi pecho no es bodega”, dijo con desplante justificador sin venir al caso.

No sería la única debacle de una semana olvidable donde para goce y fruición del conservadurismo, las estadísticas de aprobación del mandatario de manera nada inocente se presentaron de la peor manera (no es lo mismo cabecear: “subió su reprobación”, que “se mantiene su aprobación arriba de 60 por ciento”).

En este contexto surgió un flanco a la extrema derecha de su gobierno bajo una leyenda cuasi cinematográfica, caracterizando al que alguna vez se declaró admirador de Pinochet, Alfonso Romo, su jefe de Oficina, como un “cacique del agua en territorio maya”. Una trama de depredación del suelo, cultivos agrícolas modificados genéticamente, explotación de acuíferos y “cenotes” con daño ecológico incalculable. Y en todo ello: con el usufructo de relaciones políticas para beneficio propio. En un video difundido en redes, el propio Romo declara que toda la península de Yucatán en el subsuelo es un inmenso mar de agua dulce, de la cual empresas que estuvieron o están ligadas a él, las aprovechan gratis, pues por ley no pagan impuestos.

Frente a lo anterior sobra qué decir de una Ana Guevara acusando a la SFP de violar su presunción de inocencia (“irregularidades hay en todas las dependencias (¡¡sic!!)”; o del encargado de Sembrando Vida, uno de los programas insignia de la 4T culpando a la Secretaría del Bienestar que por decreto en el Diario Oficial le eliminó atribuciones solo para que al día siguiente AMLO se dijera inconsulto sobre el tema y desautorizara lo publicado oficialmente. Así lo de la directora de Notimex en conflicto sindical, criticando acremente a las mañaneras de AMLO vía Twitter y luego desapareciendo la página, es bobería de niños.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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