En un pronóstico razonable cabría pensar que transcurridos más de cuatro meses en el poder, la oposición al presidente López Obrador, mínima de por sí, habría menguado aún más, habida cuenta que aún con errores y contradicciones hay un gobierno respaldado por 30 millones de electores que trata de implantar la 4T a contracorriente de inconfesables poderes neoliberales que se resisten al cambio.
Lejos de ello, los patrocinadores convocantes, ciertos como Fox, Calderón, Chavarría Díaz, y los inciertos (pero de diseño gráfico elocuente como el águila nazi devorando un ganso) estuvieron llamando en distintas plazas de la República a una marcha que finalmente se llevó a cabo con más estridencia ideológica que asistencia.
En afán de dotar trascendencia a su movimiento tuvieron la infeliz ocurrencia de llamar a ponerse un “chaleco México” en emulación –por lo menos de nombre– al movimiento francés de los chalecos amarillos, de cariz declaradamente violento.
Por esto y más cabe subrayar el carácter inédito de la consigna principal: exigir la renuncia del Presidente de la República, que aún lográndola, traería sobre el país males cataclísmicos mucho mayores que los supuestamente producidos por los 120 primeros días de López Obrador.
La desmesura de la demanda (otras como la autodenigrante “nos la metieron doblada” no tenían ni pies ni cabeza), fue tanta que entre videos que circularon mostrando a López Obrador entre fifís aglomerados a su alrededor, desde las mismas redes sociales opositoras brotó el deslinde impensable en forma de un hashtag irrebatible: #SoyFifiYSoyTuFan.
Ya en efecto la víspera de la marcha un notable periodista (a quien en Monterrey la desconexión de la gente con el periodismo nacional, hizo que varios confundieran los apellidos de Jorge Zepeda Patterson con Luis Petersen, director editorial de Milenio), escribió un memorable artículo que se viralizó invocando justamente eso: “Mesura”.
Extractos: “Es cierto, tenemos un Presidente atípico, provocador y más rijoso de lo que quisiéramos, usa las estadísticas a su antojo y le cuesta aceptar la crítica. Pero antes de ponerse un ‘chaleco México’ y salir a la calle a pedir su renuncia pongamos las cosas en perspectiva (…) nada se ha roto (…) El dólar y la inflación se mantienen sorprendentemente controlados y las perspectivas económicas no están para fiestas, pero no tendremos una recesión de menos 9% del PIB como en 2009 con Calderón (…) Está claro que el desempeño de la economía depende más del entorno internacional y las veleidades de la globalización que de las decisiones de su presidente. Rijoso o no, la enorme prudencia con la que ha llevado la relación con el intempestivo huésped de la Casa Blanca revela que (…) las cosas que en verdad pueden dañar a México, López Obrador es mucho más presidencial de lo que sugieren sus exabruptos (…) En el fondo AMLO no come lumbre ni comete locuras, pese a su folclórico estilo (…) En cinco meses introdujo nuevas leyes en el ámbito laboral que rompen el control de las élites sindicales (…) redujo a 10% la ordeña de los huachicoleros (…) Cuando veo la intensidad con que se repudia en algunos círculos a López Obrador (…) me pregunto: ¿qué hay en el fondo de esta reacción? ¿por qué antes no encontraban el aire irrespirable? (…) Ni las torpezas verbales de Peña Nieto parecían provocar urticaria como ahora (…)”.
Otros como un firmante “Padre Guerrero” ahondaba en la veta:
“Su marcha no es por los miles de muertos en nuestro mapa, no les dolió Ayotzinapa ni otras víctimas civiles. Las luchas estudiantiles los tenían muy sin cuidado. La consigna #FueElEstado siempre les fue indiferente y ahora salen de repente con que ‘se han organizado’. No son los desvíos de Duarte lo que les indigna y harta, de eso no hubo una pancarta ni un cartel. Su marcha es punto y aparte de lo que sucede aquí: nunca les molestó el PRI, ni el fraude, ni la censura, no es eso lo que le apura al activismo fifí”.
Pero otros más desde el clasismo y la ignorancia supina provocan el dicho popular: “Ni cómo ayudarle”; como el texto plagado de odio de clase, mentiras e irrealidades posteado por una sampetrina en un blog local:
“¡AMLO renuncia! Devuélveme mi país de 10% de crecimiento anual donde todos podíamos vivir como en Suiza. Hasta hace seis meses todos éramos tan felices en santa paz y bienestar sin tener que vivir con miedo como ahora con tantas ciudades violentas e inseguras. ¡Qué horror! ¡Renuncia porque nos estás dividiendo! ¿Todo por qué? Acéptalo, quisieras ser como nosotros porque eres un resentido y nos quieres fregar (…) ¡Quiero mi aeropuerto de regreso! Sí, ya sé que dicen iba a costar muchísimo más, pero ¡tengo derecho a un aeropuerto de clase mundial! En fin, amiga, voy a la marcha porque se está envalentonando toda esta bola de jodidos y luego van a querer ganar lo que según ellos es justo, ¡pero no! Porque hay que decirlo como es, no tienen cerebro”.