Política

¿Y si pierden?

A una semana del inicio formal de campañas es difícil hacer un balance sobre de los aciertos y errores de ambas candidatas, pero es posible realizar un diagnostico sobre quién ha aprovechado mejor el momentum para ganar o mantener terreno.

Claudia tiene errores básicos de campaña que son evidentes. No, no es un lapsus en un evento multitudinario y menos un jaloneo que denota impericia más que tensiones. Los problemas son de diseño y apoyos.

Sheinbaum insiste en seguir en un discurso demasiado pegado a la versión oficial de la administración, algo obvio ante su nulo carisma y enorme popularidad versada en la protección desde Palacio Nacional. No obstante, los errores de comunicación de presidencia se magnifican en campaña, sobre todo cuando la candidata es débil.

A esto, hay que agregar la soberbia de los propagandistas y simpatizantes pagados para golpear opiniones contrarias en el terreno digital. Pareciera que no han entendido que los números presentados en las encuestas no son absolutos y obvian a aquellos que, todavía hoy, no están decididos en su voto o, peor aún, ocultan sus preferencias para evitar presiones o persecuciones clientelares.

La pedantería de los sicofantes cercanos a la campaña olvidan que, hoy, los números dan un triunfo en la presidencia pero carreras muy pegadas en lo legislativo y en gobiernos locales como la Ciudad de México, Morelos, Jalisco y Yucatán, por decir algunos. La beligerancia en redes y el triunfalismo prematuro no es el mejor camino para lograr convencer a los indecisos que requieren para la consolidación de su plan maestro.

Más aun, hay un sector de la sociedad que ha comenzado a preguntarse qué sucedería si Claudia Sheinbaum perdiera. No, Xochitl Gálvez no es la mejor candidata y los partidos y burocracia que la rodea es deficiente, pero sus primeros días de campaña ha estado más concentrada, con rápidos reflejos ante los temas del día y con una buena combinación entre templete, encuentros con la prensa y el jolgorio electoral tradicional, opuesto a lo anquilosado, acartonado, y rígido de la campaña de Morena.

Es difícil que Sheinbaum pierda, pero imaginar un país sin falsos periodistas que evitan la rendición de cuentas en las conferencias de prensa presidenciales, donde la seguridad no sea un discurso hueco de comprensión a las causas pero sin combate a las consecuencias, donde se reconozca la deuda y el déficit, donde las cifras no se maquillen por así convenir a los intereses electorales, donde el sistema de salud pueda tener una salida digna más allá de los dogmas teológicos y la demagogia actual, donde los programas sociales no sean clientelares, donde el combate a la corrupción sea una realidad y no un placebo, donde los desaparecidos sean buscados y no utilizados como carne de cañón, donde nos escuchemos todos y no una sola voz que ha pasado de la esperanza a la trampa y la decepción. Imaginar eso puede ser motivante.

Y muy peligroso para una campaña basada en el status quo y en la derrota de la imaginación.

A veces, solo se requiere imaginar.


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Gonzalo Oliveros
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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