Me imagino a José María Coss, solitario, arropado en sus ideas, para después transferirlas a ideales, por entre las veredas de una tierra que pensada, hizo suya. Porque no se necesita nacer en este estado, para sentirlo. Afianzarse a él y crecer. Convertir sus puntos de vista, en fracción participativa indiscutible de un batallar histórico, en la búsqueda de su verdad, que ha permanecido a lo largo de tiempo y circunstancia.
Y este Antiguo Real de Sultepec era caminado mil veces, y encontrado otras tantas. Y cuando José María Coss, decidió hacer un periódico, pensó en esta tierra Y con su propia imprenta, y con su estilo peculiar, de hacer el trabajo con la inteligencia, la memoria, el compromiso, elaboró con propia mano los caracteres de madera para la tipografía de "El Ilustrador Nacional".
Cuántas sensaciones acurruca esta tierra. Cuántos ensayos para transformar el pensamiento en la verdad y así decirla al mundo. Cuánta facilidad para ser honesto. Defender su causa y erigirse en el creador de la primera imprenta que hubo en la entidad. Tierra que hizo suya en la estrategia de la lucha con base al trabajo y la voluntad.
Y así la historia registra a Coss, como el primer periodista insurgente, sacerdote él, ideólogo, político, periodista, hombre. Imprimió con tintas para teñir rebozos y usó como prensa las enpuntadoras para apretar telas.
Y resulta que en esta proeza, periódico en mano, habilidad de convencimiento, lucha por el ideal, Coss compartió créditos con tres titanes: Andrés Quintana Roo; Leona Vicario e Ignacio López Rayón.
La política ante los medios de comunicación de todo gobierno debe ser muy clara: la defensa irrestricta de la expresión, apertura a los medios masivos de comunicación y compromiso para dar la información que se solicite en cualquier momento.
La de los comunicadores, jamás olvidar que tienen el compromiso de decir todo con apego a la verdad, con voluntad de servicio y con profunda honradez pero sobre todo, con la responsabilidad de saber que ellos son los que comunican a la ciudadanía con las distintas instancias políticas, económicas y sociales y que un error, imprudencia o falta, puede hacer mucho mal a la gente que no puede defenderse.
Un medio de comunicación libre y serio, objetivo y sin halagos, es invaluable para un gobierno. Este sabe que con libertad de expresión, es más rica la democracia.
Periodismo libre, no implica insulto, difamación o privilegios sobre la ley. Quiere decir compromiso en la solución de los problemas; fuerza intelectual para la corrección de las desviaciones; serenidad en la crítica y certeza en las propuestas.