Política

Salud criminal

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Gil leyó con los pelos de punta el largo y bien trabado reportaje de Nayeli Roldán de México Evalúa sobre la salud en México. Un verdadero incendio provocado por la necedad y la soberbia. Lea usted esto, pero antes ingiera un Tafil de un gramo y Esomeprazol de 20 grs. para la gastritis: en solo dos años, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador sacó 157 mil millones de pesos de los fondos destinados a la salud y esto obligó a suspender el pago de todos los tratamientos de cánceres, trastornos congénitos o trasplantes para los pacientes más pobres del país que debían ser atendidos en el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi). Si esto no es una conducta criminal, quién sabe que lo sea. Sí, primero los pobres que se jodan.

Escribe Nayeli Roldán que solamente en 2021, el recorte al presupuesto del Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos (Fonsabi) para atender cáncer infantil, mama y cervicouterino llegó hasta el 97%, lo que impidió pagar 7 mil 900 tratamientos para pacientes con esas enfermedades que no tienen seguridad social. Un año después, en 2022, no pagaron ni un solo tratamiento para las 66 enfermedades consideradas como catastróficas, incluyendo distintos tipos de cáncer, infartos al miocardio, cuidados intensivos neonatales o trasplantes, de acuerdo con reportes contables del Fonsabi. Gil señaló al aire con el dedo flamígero y masculló: gobierno de irresponsables, demagogos, mentirosos, en fon.

Revolver

Por otro lado, literalmente, el gobierno de Liópez transfirió a la Tesorería de la Federación (Tesofe) 157 mil millones de pesos que debían ser usados para estos enfermos entre 2021 y 2022, lo que hace imposible saber en qué se gastaron, porque eso recursos se revolvieron con el resto de dinero de la Tesofe. Todo se fue a la revolvedora y averígüelo Vargas.

Aquí la numeralia se vuelve muy necesaria: 138 mil millones: cantidad equiparable para el presupuesto del Tren Maya en 2023 o 6 veces el presupuesto del INE. ¿Cómo la ven? Dicho esto sin albur, más bien escrito con los pelos de punta y punto.

Estamos ante uno de los efectos de la desaparición del Seguro Popular en 2019, la estrategia iniciada en 2004 que daba atención a quienes no tenían para pagar servicios de salud, pero que fue sustituido por el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), que como todos sabemos no sirvió para nada o, ahora lo sabemos, sí sirvió y para mucho al gobierno y sus enjuagues.

A través del Seguro Popular, los pacientes con enfermedades consideradas como catastróficas por su alto costo, como cáncer, recibían los tratamientos requeridos que incluían no sólo medicinas, sino cirugías, hospitalización, consultas y estudios.

Los tratamientos eran pagados con recursos del Fideicomiso del Sistema de Protección Social en Salud, que hasta 2018 tenía 119 mil millones de pesos. El Seguro Popular desapareció en 2019 y fue sustituido por el Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos (Fonsabi), pero para diciembre de 2023 sólo habían 45 mil millones de pesos en el Fondo. ¡Magazos! ¿Ven este dinero? Ya no lo ven. Antes había, pero ya no hay. Nayeli escribe: “en 4 años AMLO disminuyó 62% del dinero ahorrado durante 14 años, y sin explicar en qué lo gastó”.

Además, el Fonsabi fue usado para triangular recursos dentro de las finanzas públicas a través de multimillonarios movimientos de ingresos y egresos.

¿Dónde está el dinero?

De acuerdo con Números de Erario, un análisis de México Evalúa, ha existido una simulación en el gasto de salud debido a que desde 2019, el gobierno estableció nuevos lineamientos en la Ley de Ingresos de la Federación y en la Ley General de Salud para que, en caso de tener excedentes, el Fonsabi transfiriera los recursos a la Tesorería de la Federación (Tesofe).

En 2021 y 2022, el Fonsabi efectivamente tuvo excedentes gracias a aumentos presupuestales desde la Secretaría de Hacienda, pero no fueron usados para financiar tratamientos médicos, sino que, por los nuevos lineamientos, los regresó a la Tesofe. Un grito desgarrador hizo añicos el silencio del amplísimo estudio: ay, mis hijos: tramposos, corruptos, indeseables.

Todo es muy raro, caracho, como diría Enrique José Verona: “¿De qué se hace un tirano? De la vileza de muchos y de la cobardía de todos. 

Gil s’en va


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Gil Gamés
  • Gil Gamés
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  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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