Una nota de Rubén Migueles en su periódico El Universal informa que “la población perteneciente a la clase media en México pasó de 53.5 millones de personas en 2018 a 47.2 millones en 2020, es decir 6.3 millones menos, estimó el Inegi en la actualización del ejercicio para cuantificar dicho estrato de la población, basado en patrones de gasto de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH) para el periodo 2010-2020.
“Con esa contracción de personas y hogares que eran de la clase media a causa de la pandemia, México profundizó su carácter de ser un país donde predomina la clase baja, destacó Gerardo Leyva, director general adjunto de Investigación del Inegi. La población ubicada en la clase alta también disminuyó, al pasar de 1.8 millones en 2018 a poco más de un millón el año pasado, mientras que la población de la clase baja se incrementó de 69.9 millones a 78.5 millones”.
“Usando los niveles y patrones del gasto de la ENIGH se estima que el porcentaje de hogares en la clase media subió paulatinamente de 42.4% del total en 2010 a 46.7% en 2018. Sin embargo, cayó a 42.2% en 2020, año de la pandemia”, comentó Julio Santaella, presidente del Inegi, en su cuenta de Twitter.
Años, vamos
Ahora mal sin bien, sigue Leyva: “la participación de las personas ubicadas en dicha clase social [la clase media] pasó de 39.2% del total en 2010 a 42.7% en 2018, para caer a 37.2% en 2020, con lo que llegó a sus niveles más bajos desde que el Inegi hizo una primera estimación.
“Un resultado importante es que la mayor parte de la población sigue concentrada en la clase baja, y tomará algunos años más de progreso para que podamos revertir esta situación y hacer que la clase media sea mayoritaria.
“Considerando los resultados de los comicios, algunos de los estados donde ganó la oposición son entidades cuya clase media tiene un peso relevante. Por ejemplo, en la Ciudad de México, donde la oposición ganó nueve de 16 alcaldías, ese estrato social es dominante, con 58.9% de los hogares, y se trata de la tasa más alta a escala nacional”. Pues sí, con la pena.
“En la descripción sociodemográfica que hace el Inegi de las clases medias, estima que el ingreso promedio de estos hogares el año pasado fue 22 mil 297 pesos al mes. Mientras que en el ámbito urbano se estima que la percepción ascendió a 23 mil 451 pesos, con un máximo de 48 mil 330 pesos y un mínimo de 10 mil 7 pesos, en hogares clasemedieros rurales el ingreso promedio fue de 18 mil 569 pesos, con un techo de 38 mil 628 pesos y un piso de 8 mil 197 pesos.
“Desde el punto de vista de su consumo, los servicios en el mercado privado a los que tienen acceso los hogares de clase media son internet, en 74%; automóvil, 61.6%; Tv de paga 55.3%; tarjeta de crédito, 41.7%; escuela privada 31.5%, y servicio doméstico, 20.4%”. Se los dijo Gil, pero no le hicieron caso.
Todo es muy raro, caracho, como diría Enrique Tierno Galván: “El poder es como un explosivo: o se maneja con cuidado, o estalla”.
Gabinete de curiosidades
Sofoco: dícese de la turbación, nerviosismo y agitación acompañada de sudores y temblores que se produce en algunas circunstancias especiales.
Son de la misma reata las palabras sofocación, sofocar, sofocón y sofoquina. Se sabe que offocare era ahogar y sofocar en latín, pero ya en la lengua clásica se decía suffocare (sofocar). En fin, es lo mismo que ahogar, porque cuando alguien sofoca apenas puede respirar y la emoción o el esfuerzo, o la agitación, impiden que los pulmones hagan su trabajo y función. La etimología popular, que entiende sofoco como la agitación por una escena o una noticia intolerables ha imaginado que sofoco tiene que ver con fuego, y así sofoco tiene que ver con una actitud que impide salir el fuego, la ira, la intolerancia y naturalmente de esa contención el enfado y la ira.
Gil s’en va
Gil Gamés