Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gamés recordó la frase de Monsiváis: “Juventud, divino desdoro”. Este recuerdo se le cayó de la memoria cuando Gil vio en redes, o como se llame ese enjambre de locuras, pudriciones, insensateces y barbaridades que pueblan en su mayor parte esa fronda, el video en el cual el gobernador de Nuevo León, Samuel García, su esposa, Mariana Rodríguez Cantú, y su compadre Jorge Álvarez Máynez, se reventaban una ronda de chelas bien helodias con sus buenos tequilas celebrando la noticia de que Movimiento Ciudadano tendrá un precandidato único: el compadre del gobernador. Gil no pudo ver bien a Álvarez Máynez porque sus pupilas, dilatadas, fueron ofendidas por los tenis naranjas del flamante precandidato.
Qué buena onda estos jóvenes representantes de la nueva política. A Gilga le entusiasma su ligereza, la falta de solemnidad y, sobre todo, la forma en que han despedazado las normas de Movimiento Ciudadano. Aquí mi compadre y mi señora esposa les decimos que sí hay precandidato y está aquí: ¡salud, compadre! Acérqueme la botanita y no se haga de la boca chiquita.
El joven gobernador se dio vuelo: “Qué dijeron, que ya no iba a haber candidato: ¡ilusos! Les tengo excelentes noticias para Nuevo León, para México y para los jóvenes que somos mayoría en este país. Los ilusos de la vieja política creyeron que nos habíamos quedado sin candidato, que pegándole a Samuel, millones de jóvenes se quedarían sin esa opción fresca y de futuro. Pues se equivocan porque Samuel era el precandidato, pero somos millones en este equipo (…) Así que hoy quiero decirles que entrego la estafeta aquí a mi compadre, que era el coordinador de la campaña: Jorge Álvarez Máynez. Tenemos precandidato y es el más naranja y fosfo de todos (…) el precandidato y próximo Presidente de la República (…) salucita y te deseo lo mejor: por México, papá”.
Chidísimo
Qué chido, wey, en serio, que estos chavos desparpajados sean los representantes de la nueva política y atraigan el voto de los jóvenes. Está caón este Álvarez Máynez, sobre todo porque la gente lo reconoce y sabe muy bien quién es él: ¡Salud, y que traigan otra ronda para el festejo! Gil se llevó los dedos índice y pulgar al nacimiento de la nariz y meditó: algo anda muy mal si el sinónimo de juventud en política es la chorcha, el desmadre, el brindis, para que vean que somos desmadrientos y no un poco de inteligencia, solamente un poco de por favor. No hay tos, Álvarez Máynez será Presidente. Por cierto, en un movimiento extraño, el Dante no le levantó la mano a Álvarez Máynez. Ni pex, compadre.
Alfaro revira
Si Gil ha entendido algo, cosa improbable, en el brindis de Nuevo León, Movimiento Ciudadano ha desaparecido como una opción política nacional, seria, moderna e interesante. Les quedará Jalisco, fuera de ese estado correrá incluso el riesgo de perder el registro.
Gil lo leyó en su periódico Notivox en una nota de Armando Martínez: “El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, habló del anuncio de Jorge Álvarez Máynez como precandidato único de Movimiento Ciudadano. En una publicación en su cuenta de X, Alfaro dijo: ‘En una mesa con botana y cerveza, el gobernador se asumía como líder de nuestro movimiento y nos dictaba instrucciones sobre el camino a seguir. Quienes usan la idea de lo nuevo para disfrazar lo absurdo, los que nos metieron en el callejón de la banalidad, el callejón de la no política, no son los líderes de este proyecto ni mucho menos del movimiento social que construimos en Jalisco (…) Si ese es el camino que la dirigencia nacional decide tomar, allá ellos. Les tocará decidir a quienes hoy representan a nuestro proyecto en Jalisco qué hacer al respecto, porque en esa decisión se juega el futuro de nuestro estado. En lo que a mí respecta, mi postura es clara: toda mi vida luché contra las imposiciones y contra las burocracias partidistas y así seguiré hasta el último día de mi vida, aun retirado de la política. Lo que te queda al final del camino es tu dignidad y tu congruencia, y eso no pienso sacrificarlo’”.
Y tan tan: ese arroz ya se quemó.
Todo es muy raro, caracho, como diría Jean Cocteau: “la juventud sabe lo que quiere antes de saber lo que quiere”.
Gil s’en va