Política

‘Goodfellas’

Hace seis meses, Javier Duarte, ex gobernador de Veracruz, había viajado de la ciudad a Veracruz; desde ahí puso pies en polvorosa rumbo a Tuxtla Gutiérrez, Chiapas (polvorosa, gran palabra); nadie sabe las cavilaciones a que se entregó Javidú en el Cañón del Sumidero y luego se encaminó a Tapachula, después cruzó la frontera y llegó a Guatemala, al municipio de Panajachel, y se hospedó en un hotel frente al lago de Atitlán, el Riviera. La policía guatemalteca y la Interpol lo arrestaron en un pasillo. Así terminaba el caso más escandaloso de corrupción del sexenio de Peña Nieto y el más estrepitoso derrumbe de una nueva generación de políticos priistas: la renovación del PRI en fuga, los más conspicuos gobernadores acusados de corruptelas a granel. Muy bonito. ¿Y con esta historia se van a presentar a las elecciones de 2018? Dejen ustedes los comicios presidenciales, ¿con este equipaje desastroso piensan ganar el Estado de México? Con la pena, pero Tomás Yarrington, Fidel Herrera, Javidú, Cesardú, Roberto Borge, Rodrigo Medina, más lo que se acumule esta semana, son genuinos hijos del PRI. En ese partido hicieron su carrera delictiva, en ese partido enloquecieron de codicia, en ese partido lograron sus candidaturas. ¿Va bien Gil o se regresa? ¿Algo que añadir, señor Ochoa Reza? Sí, sí, anjá, que los expulsaron del PRI y que pidieron a las autoridades una investigación y bla, bla, bla.

Cómo rayos y centellas los priistas emitieron un comunicado en el cual pidieron una “sanción ejemplar”. Gil lo leyó en su periódico La Jornada: el consejero político Armando Barajas solicitó el inicio de este proceso afirmando que esos actos de corrupción “afectaban la imagen del partido”. No diga, consejero, ¿y cómo llegó usted a esa interesante y sesuda conclusión? Es que de veras. Dirán la misa y la masa, pero los escándalos de corrupción de sus gobernadores han estallado dentro de las instalaciones del PRI. El partido manifestó en ese boletín su “compromiso con el estado de derecho, la transparencia y la rendición de cuentas, y reafirma el combate frontal a la corrupción y la impunidad”. Mju.

Política y delito

Gil no da crédito y cobranza cuando vuelve a leer en su periódico MILENIO que la PGR aseguró (así se dice) 112 cuentas bancarias, cinco empresas y cuatro propiedades que pertenecen a Duarte y a sus familiares, amigos y ex servidores públicos; además hay 75 investigaciones derivadas de las denuncias del Servicio de Administración Tributaria. Su periódico La Jornada informa en una nota de Gustavo Castillo y Fernando Camacho: “Aunque la cantidad de dinero que malversó Duarte no se ha terminado de cuantificar, tan solo el Informe de la Cuenta Pública 2015 establece que el priista desvió 4 mil 630 millones de pesos que estaban destinados a salud y educación”. Muy bonito. Finas personas: quítale una rebanada al presupuesto de salud, total, nadie se va a morir por un dinerito; y otra rebanada al dinero de educación, total, nadie va a desaprender la aritmética por unos cuantos pesos. Y así.

Origen

Un día del mes de enero de 2012, dos colaboradores de Javier Duarte, Miguel Morales y Saíd Sandoval, fueron detenidos en el aeropuerto de Toluca cuando llegaban en un avión oficial procedentes de Jalapa con 25 millones de pesos en efectivo. Un dinerito para algunos gastos allá en el Estado de México, quiere suponer Gilga. Empezaba la danza de los millones.

Oigan esto: cuando se revisaron las cuentas públicas de 2011 a 2014, la ASF encontró un daño patrimonial por 12 mil millones, más una deuda de 45 mil millones que con otros adeudos se aproximaba a los 100 mil. Al mismo tiempo, el SAT identificó 33 empresas fantasma a las cuales el gobierno veracruzano otorgó contratos por más de 3 mil 500 millones de pesos. De pasada, el gobierno de Duarte no pagó a decenas de proveedores y le retuvo a la Universidad de Veracruz partidas por 2 mil 470 millones de pesos. La lectora y el lector adivinaron: ante ustedes el mayor caso de corrupción que se recuerde en México. Y un día los dioses abandonaron a Javidú. Aquí los dioses toman formas misteriosas: amigos, cómplices, funcionarios, seres de otras vidas. Si ellos desaparecen, se va Javidú, como un fantasma.

Agatha Christie permitió que se oyera su voz en el amplísimo: La maldad no es algo sobrehumano, es algo menos que humano.

Gil s’en va

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Gil Gamés
  • Gil Gamés
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  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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