Estamos a una semana de que concluyan las precampañas, las encuestas siguen haciendo su tarea de modificar la percepción de la ciudadanía y algunas veces con cierto tinte de objetividad. Por ello es que las dos aspirantes a la candidatura por la gubernatura están más que enfocadas a dar golpes mediáticos, pues saben que de lo que se trata en este momento es de generar empatía.
Hace una semana hablábamos de cómo el efecto AMLO está mermando en el equipo de Delfina Gómez, hay nerviosismo y no descarten que la cúpula morenista se haga presente en los siguientes eventos de la maestra para poder ayudarla a “levantar”.
Sin embargo, en la trinchera priista las cosas tampoco van como esperan, pues la precandidata sigue recorriendo en mítines disfrazados de reuniones, diversos municipios en todo el Estado al fiel estilo priista, con escándalo, gritos, batucadas, banderas y logística específica, pareciera que les instruyeron un mismo formato desde el CDE, y aunque buscan ser vistosos en muchos municipios convocar a “la militancia” para recibir a la precandidata ha costado mucho trabajo, algunos de ellos han estado muy pobres en convocatoria. Del Moral por su parte sigue al pie de la letra lo que sus asesores le indican, la indumentaria “valiente": jeans, chamarra de mezclilla, camisa blanca y la leyenda bien puesta.
Está más que claro que el primer paso es que Alejandra Del Moral se vea cercana a la gente, pues en realidad poco lo ha estado, la única elección que ha ganado en las calles es la de la alcaldía de Cuautitlán Izcalli y sabe perfecto que la de gobernador son grandes ligas. Esa es por ahora la debilidad más grande de la priista, su mensaje poco vibra y transmite a la militancia de su partido y mucho menos a la ciudadanía en general, de ahí que la foto de las redes sociales sea la de la Alejandra humilde, lo mismo moviéndole al cazo del chicharrón, haciendo tamales o jugando balero, una aspirante del pueblo, ¿lo logrará? ¿Se la creerán?
El ligero crecimiento que le atribuyen en las encuestas es más por la inercia que el propio partido genera e incluso por un “efecto antiMorena” que comienza a permear en algunos sectores de la sociedad mexiquense.
No obstante, tampoco está resultando lo que esperan y en parte se debe a que dentro del mismo priismo aún no cicatriza las heridas que al paso del tiempo ha provocado tanto con los sectores como con personajes importantes del partido.
Tiene Alejandra Del Moral el reto más importante para el PRI no solo en el Estado de México, sino en todo el país, la de intentar revivir a un partido en terapia intensiva, por ello es que ya alista para su cierre de precampaña y Asamblea Electiva del PRI un ejército de por lo menos 50 mil personas. Lo hará en la zona del morenismo, en la Oriente, aún por definir si pudiera ser en Chimalhuacán, La Paz o en el mismísimo Texcoco.
Busca pues Del Moral, dar un golpe en la mesa a su rival de Morena, busca demostrar que aún en las tierras de la regeneración nacional el priismo hará lo que sea por ganar.
¿Podrán ambas aspirantes lograr ese objetivo? ¿Podrán convencer a su propia militancia?
Germán Zepeda