No solo continúa, se ha incrementado la lucha por darse a conocer entre la gente del Estado de México. Son esos anuncios espectaculares con la fotografía de los políticos que aspiran a ser los candidatos de sus partidos para el próximo año.
Ahora fue Horacio Duarte, el coordinador de Aduanas del país, quien anda muy movido en tierras mexiquenses buscando adeptos. Lo posicionan como el transformador de las aduanas de nuestro país, militarizadas por cierto. El texcocano sabe que no son muchas las posibilidades de ser el bueno para Morena, pero anda haciendo su luchita. Dicen los que están en la cúpula del partido morenista que se convertiría en el coordinador de campaña de Delfina Gómez. Por cierto que es la maestra Delfina la que menos ruido hace y la que más posibilidades tiene, la más conocida y, según sus propias encuestas, quien encabeza las preferencias para ser candidata nuevamente.
El alcalde con licencia de Ecatepec, Fernando Vilchis, ha hecho lo propio y también da batalla, junto con su colega Mariela Gutiérrez, alcaldesa de Tecámac, aunque sus posibilidades se merman.
El senador Higinio es quien subió como espuma, aunque sea nomás de ánimo, tras los primeros números de su autoencuesta. Dicen que está en la final de una competencia que sabe que tiene perdida, pero de la que busca sacar la mejor negociación posible.
En el PRI las cosas se intensifican. La secretaria de Desarrollo Social del Edomex, Alejandra Del Moral, intensificó desesperadamente su imagen en otras revistas, un estilo de propaganda personalizada. Ahora dice ser una mujer inquebrantable, pues sabe que por todos lados le estarán criticando e intentando bajar de su sueño. Tiene como competencia a Ana Lilia Herrera, quien, al igual que el senador Higinio, presume una encuesta donde le favorece, muy a modo, se dice entre los grupos priistas.
Y no menos importante, el golpeteo político que ya comenzó contra Enrique Vargas del Villar, por una propiedad que compró en Miami. Los morenistas no dudaron en replicar la información que se dio a conocer contra el aspirante más posicionado de su partido y ante una eventual coalición con el PRI y PRD. Sin embargo, no contaban con que Del Villar les cortaría el fuego al admitir que compró la casa, que es suya y que los documentos legales estaban disponibles para todo el público. De paso, les recordó el panista que la casa que no tiene explicación alguna es la Casa Gris, atribuida a uno de los hijos del presidente López Obrador.
Así es como comienza a apretarse la carrera mediática entre los suspirantes, de la cual poco ha dicho el IEEM. El árbitro electoral tiene ya en trámite varias quejas por la propaganda personalizada. Los aspirantes deben ser sumamente cuidadosos pues su triunfo en el partido podría verse perdido en esta otra batalla, la de la legalidad.
Germán Zepeda