Política

El complejo primer año

Los primeros años de gobierno en México suelen ser complicados. A finales del siglo pasado, los nuevos gobiernos solían arrancar en medio de crisis económicas. Así fue con la transición de Echeverría a López Portillo debido a las presiones inflacionarias y a la devaluación que acabó con el régimen de tipo de cambio fijo que se había sostenido por más de dos décadas.

Todavía más compleja fue la transición de López Portillo a De la Madrid en 1982, la cual ocurrió en el contexto de la nacionalización bancaria, el control de cambios y un fuerte ajuste cambiario. En 1988-89, la transición de De la Madrid a Salinas de Gortari ocurrió en un entorno económico un poco más tranquilo, aunque en el contexto de la lucha anti-inflacionaria y del Pacto para la Estabilidad y el Crecimiento Económico. Por su parte, la transición de Salinas a Zedillo fue particularmente caótica por la devaluación de diciembre de 1994, por el rescate financiero del FMI y Estados Unidos y por el aumento de emergencia al IVA a inicios de 1995.

Ya en este siglo las cosas comenzaron a cambiar. Afortunadamente, las transiciones de gobierno ya no vinieron acompañadas por crisis económicas, aunque ahora han venido acompañadas por una cierta desaceleración económica. Esto ha ocurrido en todas y cada una de las transiciones presidenciales recientes.

En el año 2000, último año de gobierno de Zedillo, la economía creció en 5%. En contraste, el primer año del gobierno de Fox la economía se contrajo en 0.5%. El último año de Fox, 2006, la economía creció al 4.8%. En cambio, el primer año de Felipe Calderón la economía creció en solo 2.1%. En 2012, último año de Calderón, la economía creció en 3.6%. Al año siguiente, en el primer año de gestión de Peña Nieto, la economía apenas creció en 0.9%. En 2018, último año de Peña Nieto, la economía creció en 2%; mientras que en 2019, primer año de López Obrador, la economía se contrajo en 0.4%.

Así, tenemos que en las primeras cuatro transiciones de este siglo la economía comenzó desacelerándose con respecto al ritmo de crecimiento que dejaron los presidentes salientes. En dos de esas transiciones, con Fox y AMLO, la economía incluso comenzó contrayéndose. En la transición actual las cosas parecen ir en una dirección similar: el crecimiento en 2024 fue de 1.5% y el pronóstico de crecimiento más reciente del Banco de México para 2025 es de solo 0.1%, sin descartar la posibilidad de una contracción.

¿Qué explica este patrón de desaceleración económica en cada cambio de gobierno? Hay dos factores clave en este proceso: primero, el ciclo del gasto público, relativamente acelerado en los últimos años de gobierno y un arranque relativamente lento de los proyectos de inversión pública al comienzo de cada administración; segundo, la cautela de la inversión privada ante la incertidumbre de las políticas del nuevo gobierno. Además, en la transición actual habría que agregar otros elementos de inquietud: la reforma judicial y el factor Trump. En ese sentido, no sorprende que la economía mexicana arranque con un bajo dinamismo. No es algo deseable, pero tampoco es una novedad. Lo realmente importante es ver cómo saldremos de esta situación. 


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Gerardo Esquivel
  • Gerardo Esquivel
  • Economista.
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