La consulta popular que se llevará a cabo mañana para los que no votarán, dará como resultado los pormenores que tienen los mexicanos sobre política, como su desinterés, el poco o nulo conocimiento sobre ésta, así como el tipo de oposición que manifiestan porque se dejan influenciar por las campañas en contra, sus prejuicios, frustraciones y odios hacia el presidente actual (el que la propuso) y que por eso esperan no tenga éxito.
Para los que sí participarán, será un acto de congruencia al pedir justicia por los agravios cometidos de los cinco anteriores gobiernos, en particular a los expresidentes, que aunque la pregunta no es tan precisa, sabemos que se refiere a que si estamos de acuerdo con que se investigue y en su caso sancione por la presunta comisión de delitos de éstos, el objetivo es que la ciudadanía avale su ejecución y tenga efectos legales, si participan 37 millones de mexicanos y si la mayoría vota por el sí.
Sin embargo, hemos sabido de los obstáculos que se han dado y no es posible asegurar su éxito, ya que en los medios como en las redes han habido múltiples mensajes que califican a este mecanismo de no democrático, de superficial, de circo político, que fortalecerá al presidente y que es su costo es desmedido (528 millones de pesos) Mientras el INE se suma a la negatividad instalando la tercera parte de mesas de participación (en relación a las anteriores votaciones) y promocionando poco el evento, así como la localización de los lugares a votar.
Se agregan a ello comunicadores sin ética y ciudadanos que poco investigan y no ven diferentes perspectivas, que bien podrían ser cómplices de los que los manipulan sin darse cuenta. Que han olvidado, no conocen o no han vivido los agravios que supuestamente cometieron (según AMLO y algunos ciudadanos) como haber entregado los bienes de la nación a sus allegados, haber cometido la deuda privada en pública, haber intervenido en el proceso electoral, la estrategia militar que aumentó la violencia, corrupción, sobornos en bien de ganar las elecciones, desapariciones forzadas, torturas y ejecuciones extraoficiales (que no son para todos). Ellos fueron, respectivamente, Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), Ernesto Zedillo (1994-2000), Vicente Fox (2000-2006), Felipe Calderón (2006-2012) y Enrique Peña (2012-2018).
Por eso lo que falta para equilibrar la balanza de posturas, es argumentar a favor del mecanismo democrático: Será la primera consulta formal y con ello aumenta la participación ciudadana en situaciones trascendentales, además quita el rezago que teníamos al ser de los pocos países sin ejecutarla en el mundo de naciones democráticas.
Después de los resultados, si son positivos, darán lugar a actuaciones del Ejecutivo para que pida a la FGR investigaciones y a que el Legislativo organice Comisiones de la Verdad, que permitirán que la sociedad sepa sobre toda la verdad. Entonces se pedirá garantizar el derecho a saberlo, que se quiera reparar el daño si aún se puede y se pida formulen leyes para no repetirlos.
Gracias a la mención de la consulta, muchos mexicanos, se están enterando de los hechos de las administraciones pasadas y con ello se logra conciencia por la justicia. Por el bien de México y de nosotros debemos ir a votar, porque tendremos un futuro mejor.
Gemma Medina