“No se puede encontrar la paz evitando la vida”, Virginia Wolf
Mientras acérrimos católicos y su iglesia, así como críticos conservadores adoptan hoy como “nunca” la postura en contra del aborto en nuestro país, por la declaratoria reciente de la Suprema Corte de Justicia de inconstitucional la criminalización total del aborto en Coahuila, (que abre las puertas para que en los estados también se considere) diariamente miles de mexicanas enfrentan problemas graves, sin que se haga mucho para evitarlo desde el gobierno, la sociedad civil y las instituciones religiosas.
Estar a favor de la vida en México va más allá de no estar de acuerdo con la voluntaria interrupción de embarazos, (según Amnistía Internacional se realizan entre 750 mil y 1 millón cada año). Es también tener plena conciencia de los diversos problemas de salud que viven las mujeres, que en ocasiones son soslayados por querer adoptar posturas fáciles de descalificar y de imitar sin hacer análisis a profundidad.
Me refiero a situaciones tan terribles como son las violaciones (30 por ciento de incremento desde la pandemia, según RNR), las muertes maternas por no tener acceso a abortos seguros (tercera causa de muerte, de acuerdo con la OMS) desapariciones forzadas (cinco son mujeres, según Registro Nacional), la trata de blancas (en los últimos cinco años aumentó 32.5 por ciento, de acuerdo con Hispany Philantropi) y lo más trágico, los feminicidios (se ejecutan 10 diarios, según la Secretaria de Seguridad Pública).
A todas estas desgracias y problemas de salud que viven las mexicanas tendríamos que agregar mayores cifras, porque éstas son solo pinceladas desde las apreciaciones de Red Nacional de Refugios de México, en el que se tiene contemplado que 90 por ciento de los delitos no se denuncian.
Por eso, ante tantos dificultades que viven las mujeres de esta nación, la reciente declaratoria de que no sea penalizado el aborto voluntario (independientemente de estar en contra o no) es un acto en favor de los derechos humanos de las mujeres, que desde el punto de vista legal: el Estado no puede garantizar la protección de un feto o en embrión por encima de los derechos de los que ya gozan las mujeres y personas gestantes.
Queramos o no, el aborto voluntario en el mundo se da en uno de cada cuatro embarazos. Si se prohíbe se lleva a cabo entre 37 por cada mil habitantes, y si está permitido se realizan 34 entre 1000 (Gutt Macher). En los últimos 25 años más de 50 países han permitido que sea legal.
El acceso al aborto es uno de los temas más controvertidos en todo el mundo, y en nuestro país no es la excepción, tendremos que enfrentar uno de los debates mas fuertes de los últimos tiempos, en el que habrá quienes expresen bajo la ignorancia, los prejuicios, la influencia de otros, la testarudez de no querer ver más que una perspectiva.
Sin olvidar que la vida es el primer valor humano, uno de los principios universales presentes en la conciencia de la humanidad, sea considerada desde la concepción, en el momento de gestación o del nacimiento.
Tan injusto es interrumpir la vida de un ser indefenso como castigar a quienes lo propician sin haberles dado las herramientas para impedirlo.
Gemma Medina