Serán 18,500 ciudadanos los que, por el método de la encuesta, definirán a los representantes de Morena y FAM, que para algunos es tan poco representativo como confiable, pero que será definitivo para que los partidos este 6 de septiembre den los nombres de los elegidos para competir por la presidencia del 2024.
En ambos casos la semana que viene será para que las casas encuestadoras lleven a cabo la aplicación de los cuestionarios. Para el partido en el poder, serán 12,500 a población abierta, y para la oposición 3 mil en viviendas y 3 mil vía telefónica. Dicen los comités organizadores que se aplicarán en todo el país, aunque no mencionan las empresas participantes ni los lugares.
En el caso de Morena, que es el que mayor expectativa ha causado por sus probabilidades mayores de triunfo, se ha dicho que por cuestiones de presiones o posible barrido de propaganda no se pueden dar más información, aunque para blindar el proceso podrán acompañar a los encuestadores 350 representantes de cada participante, además que será posible que se pueda auditar.
Es entonces que del 28 de agosto al 3 septiembre se aplicarán las encuestas impresas que se llevarán a los domicilios en urnas, que contendrán papeletas con varias preguntas como las aptitudes que debe tener su favorito o favorita, pero la pregunta principal valida será: ¿A quien prefiere como coordinador o coordinadora de los comités de Defensa de la Cuarta Transformación rumbo a las elecciones de 2024? Después, del 4 al 6 de septiembre, se procesará la información.
Para el FAM, que ya pasó por varias facetas después de 33 inscritos, actualmente solamente quedan dos contrincantes en espera de que quede solo una, ya sea la representante del PAN o del PRI. En la encuesta se preguntará por la preferida.
Es así que para interesados y los que sabemos la trascendencia de dichas decisiones, estaremos a la expectativa de los resultados, producto de los procesos y reglas de los comités de los partidos, y de lo que contestará una minoría en las encuestas. Los demás aun no contamos.
Mucho se ha dicho que la credibilidad del partido del poder en este proceso está en juego, así como la del presidente AMLO, quien ha señalado en reiteradas ocasiones que los que ahora gobiernan son diferentes. Eso lo comprueba en parte el ejercicio democrático que se efectúa dentro de su partido para elegir a su sucesor, pues antes era por dedazo, es decir a preferencia del mandatario en turno, pero falta la credibilidad de resultados. La oposición ha entendido la importancia y por eso lo ha copiado.
Lo que sigue la recta final de obtención de información si es verídica, mantendrá en vilo a los aspirantes, a los simpatizantes, a los integrantes de los partidos, así como al mandatario para saber quiénes serán los representantes, porque la persona importa más que nunca para poder continuar con su proyecto, o en el caso de la oposición, darnos cuenta de cuantos escaños tendrán en el Congreso de la Unión.
Pero la batalla no terminará el 6 de septiembre. Veremos que en tanto se aceptan los resultados, se lograron negociaciones internas, se desmintieron los rumores de las predeterminadas candidatas finalistas, y si el método de la encuesta es tan eficaz para mantener la confianza en los partidos.
Aun mucho por darnos cuenta, como un drama de la historia del mundo en el poder, en donde nuestro país tiene mucho que contar.