En sus postrimerías, el PRD da una de sus últimas batallas, pero hacia adentro, en una confrontación que no importa a lectores ni a simpatizantes. Seguramente, estos son tiempos de fracasos que no tienen que ver con participaciones ciudadanas.
Su bronca es de finiquito, este partido no tiene ninguna eminencia social y mucho menos posibilidades de enmienda. Las ambiciones hacen que se confronten sus corrientes, pero en el fondo se trata de un activismo que no impone definición ideológica ninguna. Y dicen bien al advertir ellos que esta organización podrá tener uno de sus peores fracasos electorales.
No se avizora posibilidad de arreglo; ya las tribus del PRD, Nueva Izquierda, Los Galileos y Foro Nuevo Sol, pidieron la renuncia de la presidenta nacional, Alejandra Barrales. Por su puesto, sus disputas no convienen con definiciones ideológicas ni planteamientos en torno a los ya gravísimos problemas sociales de la República mexicana.
Javier Salinas fue rotundo: “Como militante afectado, exijo la salida inmediata de Alejandra Barrales de la dirigencia nacional del partido, por su incapacidad de llevar adelante un proceso electoral legítimo, abierto y democrático, y por negarse a adoptar las medidas correctivas que hicieran posible la elección del próximo domingo”. Ya anticipan que las próximas elecciones del Estado de México serán terribles.
Se están contemplando las acciones políticas de un partido insignificante en las luchas sociales. Andrés Manuel López Obrador cosecha o aprovecha los disparates y trifulcas irreparables. Y así da la bienvenida a Morena al coordinador del PRD en el Senado, Miguel Barbosa, a cuenta de que ya se están externando apoyos para que el tabasqueño pueda lograr la Presidencia de la República.
Ningún partido analiza, discrimina y ni ofrece ideologías o ideas o proyectos atractivos. A pesar de que López Obrador ha recabado adhesiones actuales que incluyen a ciudadanos ajenos a la vida partidaria o a tendencias que antes se llamaban de izquierda.
Por lo pronto habrá indicio de tendencias o enojos actuales por las elecciones en el Edomex. Es aventurero hacer previsiones o cálculos a partir de la posible ganancia del PAN. Sorprenden determinaciones antaño insólitas. Y con el vil pato Donald Trump acosando, la convocada unidad nacional es un pendiente que urge a otras diligencias. Flecha derecha al presente y futuro mexicano. Llorar no tiene caso.
