Arrancaron las batallas por las elecciones de 2018. Juntó Javier Corral, gobernador de Chihuahua, a dirigentes políticos que creen que es urgente formar un frente para ganar la elección presidencial e instaurar un gobierno de coalición.
Se encontraron como participantes los líderes del Partido de la Revolución Democrática y el PAN, Alejandra Barrales y Ricardo Anaya, respectivamente, además de Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo. Corral se puso de ejemplo, pues, según él, el modelo de Chihuahua le permitió ganar la gubernatura con el apoyo de Acción Nacional y con alianzas ciudadanas.
Cuauhtémoc Cárdenas apuntó una agenda básica de compromisos: “Una reforma fiscal, la recuperación del manejo de los recursos naturales por parte del Estado y el combate a la corrupción”, así como estrategias nuevas para enfrentar la plaga nacional, a saber, la delincuencia homicida, secuestradora, de pago de piso, chantajes, aquí y allá.
El presidente del PAN dijo que su organización (muy dividida por cierto) está presta. Pidió como regla que las pretensiones personales vayan hasta el final. Barrales reclamó una mayor participación ciudadana. Castañeda dijo que si hay simulación no va a funcionar el frente plural y espera que no se trate de una repartición de puestos.
Madero piensa que hay que acordar, primero, el frente amplio y, si ganase, establecer un gobierno de coalición capaz de desmantelar estructuras institucionales: “Este frente no es contra AMLO, pero sí es una opción diferente”. El Consejo Nacional de Movimiento Ciudadano aprobó por unanimidad la formación de un Frente Ciudadano por México rumbo a la elección presidencial.
Cada vez más se advierte que el aparato o “sistema” político mexicano ha fenecido y que ya no es posible el mantenimiento de los artilugios de muchos sexenios en los cuales el Presidencialismo y la contienda a muerte entre los partidos eran las maneras de ganar los poderes nacionales, estatales o municipales.
Si se advierte la desgracia de Venezuela, creciente, habrá que alertar de que más valen coaliciones que disputas radicales. Con el precedente podrán colegiarse. Se ilusionan con que el Movimiento Ciudadano sea capaz de definir la elección presidencial.
No es del todo broma o ironía lo que dijo Francisco Labastida: “La primera novia a la que hay que enamorar es la militancia”. En el supuesto de que en los partidos hubiese militantes, como mayoría. Se está en la cercanía de más estados en emergencia y no solo Guerrero, Tamaulipas, Baja California Sur o Veracruz, ahora mismo. Y ni modo, hay que aguantar un rato más, probablemente, al peligroso e injurioso pato Donald Trump.
