En mi lejana infancia estos días no eran especialmente gratos. Cierto, no había escuela y cantábamos aquello de “sábado de gloria, domingo de canela, lunes de coraje porque vamos a la escuela”.
En esos días, llamados santos, fijados por un antiguo calendario lunar, había tareas poco gratas como visitar los siete lúgubres templos.
Hoy ese espíritu lúgubre y solemne se borra por varios factores. Ese largo lapso que llevo siendo no creyente, casi medio siglo, lo borra.
También lo borra que esta semana santa de 2020 haya caído ya bien empezada la cuarentena, el encierro.
Los días pasan y el carácter propio de cada día de la semana se diluye. De pronto uno no sabe si es lunes o jueves o domingo.
Falta en gran parte el pulso de la calle, hoy débil, que pudiera informarnos. Quizá por ello este encierro se presta especialmente a la introspección, a volver la mirada adentro.
No sólo a asuntos existenciales sino también al mundo mayor tal y como existe de las paredes de casa para adentro.
En los últimos seis años he visto y documentado con fotografías a 102 especies diferentes de plantas, insectos, aves y otros bichos en mi casa.
No es poca cosa para una casa mediana en la mitad del Desierto Chihuahuense. De estas 102 especies quizá una docena son especies descubiertas durante el encierro pandémico.
Antier tomé un banquillo y me senté frente a una maceta con una planta de Mejorana. Advertí unos minúsculos movimientos sobre una de sus pequeñísimas flores.
Era un insecto alado, negro, de abdomen alargado y de apenas dos milímetros de longitud. Pude tomarle algunas fotos a lo que resultó ser, al parecer, una abeja del sudor.
En esta semana también descubrí una planta diminuta con una delicada flor violeta, apenas visible con lupa, llamada “Campanitas de arena”.
Así ha sido este encierro, descubriendo lo novedoso en medio de lo familiar.
Poniendo atención a los detalles de lo pequeño. Ensimismado en el musgo de un rincón húmedo de mi jardín.
Absorti en la improbable y antigua historia de éstas, las más antiguas de las plantas terrestres.
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